A través de su portavoz Stéphane Dujarric, Ban respondió de esta forma a la detención de los copresidentes del izquierdista Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y de varios diputados y a los numerosos despidos y suspensiones de empleados públicos a raíz del fallido golpe de Estado del pasado julio.
“El secretario general está preocupado”, dijo Dujarric al respecto, subrayando también la inquietud del jefe de la organización por “las crecientes restricciones impuestas a los medios y a los periodistas” en Turquía.
Por ello, Ban “llama a las autoridades turcas a hacer todos los esfuerzos posibles para proteger derechos fundamentales y principios universales” como la libertad de expresión, la independencia del poder judicial o el derecho a un juicio justo.
La policía turca detuvo en las últimas horas a Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag, líderes del HDP, tercer partido del Parlamento y conocido por su defensa de los derechos de la minoría kurda.
Junto a ellos, fueron arrestados varios diputados más, todos en el marco de una investigación sobre terrorismo relacionado con el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), iniciada en agosto.
Además, un total de 127.359 empleados públicos han sido despedidos o suspendidos acusados de pertenecer a la red de Fetullah Gülen, el predicador islamista al que el Gobierno acusa de orquestar el fallido golpe de Estado, según fuentes gubernamentales.
Por otra parte, Ban condenó el ataque terrorista perpetrado hoy en la localidad de Diyarbakir, en el suroeste de Turquía, en el que murieron al menos nueve personas.