Con embajadores de lujo como el director Fernando León de Aranoa, que presentará en persona “Un día perfecto” (2015) -su última obra, para que la que contó con Tim Robbins y Benicio del Toro- y Jesús Castro, que hará lo propio con “El Niño” (Daniel Monzón, 2014) y “La isla mínima” (Alberto Rodríguez, 2014), Espanoramas se presenta como una plataforma para que el cine español salte el Atlántico.
Se trata de películas que, pese a haber protagonizado titulares en España, llegan con dificultad a las salas argentinas y buscan en Espanoramas llamar la atención de las distribuidoras del país suramericano.
“Hay un interés muy grande del público argentino, tenemos un ‘affaire’ a nivel de producciones y a nivel cultural hace mucho tiempo y ahora lo que intentamos es que haya también un avance en la parte comercial y que se estrene dentro del ciclo comercial al menos una parte de las películas de la muestra”, explicó a Efe Nacho Moralejo, coordinador de Espanoramas.
También “Truman” (Cesc Gay, 2015) y “La novia” (Paula Ortiz, 2015), grandes protagonistas de la última gala de los Goya, taquillazos como “Ocho apellidos vascos” (Emilio Margínez Lázaro, 2014) o clásicos del cine de terror peninsular, como la saga "(·REC)” o “El orfanato” (Juan Antonio Bayona, 2007), tendrán una oportunidad en esta muestra.
Pero este jueves, en la gran apertura de Espanoramas, será la actriz Ángela Molina la que acapare los focos tomando el relevo a Maribel Verdú como madrina de esta segunda edición, que concluirá el 24 de febrero.
A Molina va dedicada la retrospectiva especial de esta muestra, que contará con títulos como la versión de “Blancanieves” de Pablo Berger (2012) o “Carne trémula” (Pedro Almodóvar, 1997).
“Queremos dar un poco una imagen diversa del cine español, que haya un poquito películas para todos los gustos: títulos de gran presupuesto, títulos más de autor o de realizadores un poquito más jóvenes... ", detalló a Efe Juan Duarte, consejero cultural de la Embajada española, que organiza la muestra junto con Cooperación Española y los institutos de cine de ambos países, entre otros.
Para Duarte, lo que falta para que las películas españolas den el salto a Argentina es “que los distribuidores de los dos países y que los agentes de venta crucen el charco y vean que nuestro cine tiene muchas cosas que decir a la población argentina y no solo Argentina sino de Latinoamérica”.
“Me gustaría que esta muestra se acompañara dentro de unas semanas de una reunión de profesionales”, expresó el consejero cultural, que no cree que la ausencia de títulos españoles en la cartelera se deba a desinterés del público.
No es, sin embargo, un camino fácil ya que a las complicaciones para sentar a ambos bandos a la mesa y a las trabas administrativas se suma la rapidez de la piratería o incluso los acentos peninsulares, difíciles de comprender para los latinoamericanos, hasta el punto de que una de los temas de debate es la incorporación de subtítulos a algunas cintas españolas.
En su travesía transatlántica, el celuloide peninsular también se enfrenta a los preconcepciones que muchas veces parecen haber alejado a los españoles de su producción.
“Esta muestra nos sirve para ver ese otro tipo de cine y superar esos pequeños prejuicios, esos tabúes que tenemos. El cine español no solo es ese cine denso, que lo hay y muy bueno, sino que hay otros lenguajes cinematográficos que ya están en España y que podemos pasar desde películas de terror espectaculares a dramas íntimos como ‘Truman’”, apuntó Duarte.