EFE
La organización colabora con las autoridades tailandesas en la aplicación del examen forense del ADN a las piezas que se venden en el mercado local en la lucha contra el tráfico ilegal de marfil.
“Mientras que el pequeño número de muestras (166) no puede ser tomado como representativo de todo el mercado de marfil de Tailandia, sí indica que el marfil del elefante africano es el que está más presente en las tiendas de Bangkok”, destacó la ONG en un comunicado.
La medida deviene de una nueva ley aprobada en enero para registrar y clasificar el marfil de elefante tailandés, y que obliga a toda persona o comercio con más de cuatro piezas de marfil que excedan el medio kilogramo, o que se trate de colmillos enteros, a declararlo a las autoridades.
El registro incluye, entre otros datos, descripción, origen y lugar de compra.
La legislación tailandesa solo ampara la compraventa de marfil procedente de elefantes asiáticos (Elephas maximus) del país.
El aumento de la lucha contra el tráfico de marfil en Tailandia surge después de que la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por su sigla en inglés) dijese el año pasado, en la 65 reunión del Comité Permanente celebrada en Ginebra, que Bangkok no hace lo suficiente y que el país sigue siendo el mayor mercado irregular de marfil del mundo.
Unos 1.230 elefantes machos adultos viven en cautividad en Tailandia y producen unos 650 kilogramos de marfil anualmente.
Al menos 20.000 elefantes africanos fueron cazados por furtivos en 2013 para satisfacer la creciente demanda del mercado asiático de productos realizados con marfil, según Traffic y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).