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LLANOS DEL YARI, COLOMBIA
Las FARC seguirán luchando por la justicia social y los más pobres de Colombia pero ahora como un partido político, dijo el sábado su líder en la última reunión del grupo como guerrilla tras un acuerdo de paz.
La guerrilla FARC inició este sábado en un remoto paraje del sureste de Colombia una inédita conferencia con miras a refrendar la paz negociada con el Gobierno y convertirse en un movimiento político legal tras 52 años de conflicto armado.
En medio de las sabanas y selvas del Sur del país que fueran sus bastiones, se espera que en la X Conferencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), los comandantes de la guerrilla aprueben el acuerdo sellado en Cuba con el Gobierno de Juan Manuel Santos para poner fin a un conflicto de más de medio siglo que dejó 220.000 muertos.
“Hay que conseguir que la paz se convierta en una realidad en nuestro país sobre la base de la justicia social y la democracia”, dijo Rodrigo Londoño, alias Timochenko, el líder de las FARC, en la ceremonia de apertura del primer encuentro guerrillero abierto a la prensa, y que durará una semana.
“Eso implica la vinculación de las grandes mayorías inconformes a la vida política activa de nuestra nación”, agregó desde una tarima ante cientos de combatientes el hombre que firmará el acuerdo de paz con Santos el 26 de setiembre en la ciudad de Cartagena.
Desde el escenario descubierto en esta región de Colombia, Timochenko subrayó la necesidad de dar “un mensaje nuevo, fresco y esperanzador por los cambios” y exhortó a los miembros del grupo a entregarse a la “imprescindible tarea de la unidad sin la cual todo esfuerzo se desperdiga y pierde”.
La meta más importante de la reunión de las FARC es definir su estrategia para su metamorfosis como partido político. La agenda del evento incluye temas como el derecho a la tierra, el medioambiente y la mujer.
Las FARC podrían encontrar apoyo electoral entre los campesinos pobres y en sectores de izquierda, pero muchos colombianos se oponen a que debuten en la política y ocupen eventualmente cargos de elección popular por su pasado de asesinatos, secuestros y desplazamientos bajo el conflicto.
Uno de los principales desafíos del grupo rebelde en su tránsito a la política será mantener a sus integrantes unidos para evitar que se sumen al más pequeño Ejército de Liberación Nacional (ELN) o a bandas criminales dedicadas al narcotráfico y a la minería ilegal.