16 abr. 2024

La Ley del Fonacide modificada no hará honestos a intendentes

Las modificaciones a la Ley del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide), que actualmente estudia el Congreso, podrán darle al instrumento legal mayor eficacia a la hora de controlar a intendentes y gobernadores en el uso del dinero público. Los castigos pecuniarios y de cárcel para los que roban el dinero destinado a infraestructura escolar, sin embargo, serán insuficientes si la sociedad civil no controla a los gobernantes locales y hace el esfuerzo para cambiar la cultura de la deshonestidad que condiciona las actuaciones de los administradores de los recursos del Estado. Más allá de un instrumento legal afinado, esa es la principal tarea social que resta.

Uno de los problemas más graves del país es su educación pública carente de infraestructura adecuada para que el derecho a la enseñanza sea un beneficio social que se desarrolle en condiciones humanas dignas.

Los alumnos que dan clases debajo de los árboles, los techos que se derrumban, los baños impresentables, los pisos rotos y las paredes resquebrajadas de 8 de cada 10 escuelas –de las 10.000 que existen– evidencian el alto grado de desidia que por años hubo en la atención de uno de los factores estratégicos más relevantes para buscar el desarrollo.

Poco es lo que puede hacer el Gobierno al seguir con los programas sociales de repartir dinero, alimentos, semillas e instrumentos de labranza si no hace una siembra más sólida y eficaz para el presente y el futuro: la educación. Desde esa perspectiva, los recursos del Fonacide, aunque escasos en comparación al volumen de necesidades, son de importancia capital.

Replicando la insalubre tradición paraguaya de perder oportunidades, la mayoría de los intendentes de los 250 municipios desaprovecharon la oportunidad de contar con más escuelas en mejores condiciones, disminuyendo la cantidad de las que se caen a pedazos. Los gobernadores, aunque más cumplidores de las exigencias formales de rendición de cuentas a la Contraloría, no se quedan sin embargo muy atrás en esto.

Si bien algunos de los que malversaron los fondos, destinándolos al pago de sueldos, sobrefacturaron las obras o los emplearon en obras no vinculadas a la educación, lesionando la obligación de emplear correctamente los recursos que se les entrega, están imputados –como en el caso del intendente de Lambaré, Roberto Cárdenas–, casi todos están impunes y muchos de ellos serán reelectos en menos de un mes.

El escándalo de corrupción del dinero del Fonacide movió al Parlamento a presentar un proyecto de modificación de la ley vigente en el que las posibilidades de castigo de los corruptos sean más concretas.

Lo que propone es que los gobernantes locales, además de ir a la cárcel, devuelvan de sus propios medios lo que robaron. Esta disposición fue anulada por Diputados, en una clara actitud de complicidad con los delincuentes zonales. Menos mal que el Senado la mantuvo.

Las propuestas de una mejor distribución de los fondos, atendiendo a necesidades reales de los departamentos y de los distritos, son bienvenidas y serán muy útiles en corto tiempo.

Lo claro de todo esto es que la ley a punto de ser modificada en algunos de sus artículos no era la causa de la corrupción. Por eso, la que viene ahora, con algunos ajustes, quedará mejor en los papeles, pero de nuevo será insuficiente para cambiar la cultura del latrocinio de muchas de las autoridades.

Por eso, la sociedad civil tendrá que controlar a sus intendentes y gobernadores para que de a poco se vaya creando una conciencia acerca de que la honestidad es un bien público que favorece el desarrollo de todos.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.