La Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), encargada de la seguridad interna, presentó ayer su informe del 2016, en el que estima en 24.400 el número de potenciales islamistas y eleva hasta 680 la cifra de islamistas considerados peligrosos por los servicios secretos. “El terrorismo islamista es el mayor reto y el mayor peligro de Alemania”, aseguró en rueda de prensa el presidente de la BfV, Hans-Georg Maassen, quien subrayó que “hay que contar con nuevos intentos de ataque”. El nivel de peligro, agregó, es similar o superior al del año pasado, y las fuerzas de seguridad trabajan con la hipótesis de que el islamismo quiere volver a atentar en el país porque “Alemania es un claro enemigo del Estado Islámico (EI)”.
El ministro del Interior, Thomas de Maizère, indicó por su parte que el bosquejo hecho por Maassen es una imagen realista de la difícil situación de seguridad en la que se encuentra Alemania e instó a asumir este hecho, vinculado con un aumento de los radicales dispuestos a ejercer la violencia. El Gobierno quiere oponerse de forma decidida a los enemigos de la democracia, aseguró De Maizière.
Maassen recordó que el año pasado se produjeron en Alemania 5 ataques terroristas y apuntó que además se desbarataron otros siete planes de ataque en distintas fases de preparación. EFE