Si bien la cantidad de asalariados sin cobertura de la seguridad social se redujo levemente en la última década, erradicarla a favor de todos los trabajadores sigue siendo tarea pendiente, según criterio de los nombrados; mientras que la informalidad juvenil se redujo de 86% en 2002 a 77% en 2012.
La población joven es la más vulnerable a la informalidad, particularmente los hombres jóvenes. En el área urbana la informalidad afecta al 78% de los hombres asalariados jóvenes, frente al 67% de las mujeres. En el área rural afecta al 87% de los asalariados jóvenes y al 76% de las mujeres, según se desprende del análisis realizado en la obra.
El empleo informal es recurrente en todos los sectores y empresas de cualquier tamaño. El deterioro de la calidad del empleo se argumenta en el quebranto de todas o al menos una de las normativas que protegen al trabajador: tenencia de contrato laboral, cobertura de la seguridad social, pago del salario mínimo, etcétera. La brecha de tenencia de documentos contractuales relativos al empleo entre los adultos y los jóvenes sigue siendo muy amplia.
La proporción de jóvenes sin contratos laborales se redujo de 75% en 2005 a 60% en 2012; en tanto que, debido a las dificultades de control del sector público, la formalización de las empresas suele ser solo parcial, pues en la mayoría de los casos se registran en algunas de las instancias legales, pero omiten el registro de sus trabajadores en el Instituto de Previsión Social (IPS) y el Ministerio de Trabajo.
En cuanto al ingreso de los jóvenes, en general constituye en promedio solo el 58% del ingreso de los adultos (teniendo en cuenta el mensual medio de los ocupados, que no supera los G. 2 millones). La brecha entre los jóvenes rurales y urbanos es más pronunciada aún. Quienes viven en el campo tienen ingresos que equivalen solo al 48% de los jóvenes urbanos.
Por otra parte, la estructura de ingresos por género da cuenta de que las mujeres jóvenes ingresan al mundo laboral con salarios inferiores a los que reciben los hombres jóvenes, brecha que se amplía durante la vida adulta.
En cuanto a la tasa de desempleo, el estudio indica que en el ámbito juvenil es tres veces mayor que el de los adultos, tanto en el área rural como en el urbano.
La tendencia de desempleo es decreciente, pero persisten problemas de acceso y de calidad de los empleos, por eso el desempleo sigue siendo alto.