BUENOS AIRES - ARGENTINA
La Iglesia Católica argentina anunció ayer la finalización del proceso de ordenamiento y digitalización de los archivos sobre la dictadura (1976-1983) y su próxima apertura a consultas solo para víctimas y familiares de desaparecidos.
“No le tenemos miedo a los archivos que contienen la verdad de la historia, aunque duela, la verdad ilumina”, dijo el cardenal Mario Poli, al formular el anuncio en la sede de la Conferencia Episcopal.
Se trata de unas 3.000 cartas de familiares de desaparecidos pidiendo la ayuda de la Iglesia “y de las respuestas” que muchos han recibido, dijo el religioso, sobre el material cuya digitalización comenzó cuatro años atrás y fue concluida. Poli explicó que los documentos no serán abiertos a consulta pública, al menos por ahora. “Se trata de un material sensible y por eso privilegiamos la relación de la documentación con las víctimas, con un sentido de reparación, también para una reconstrucción de la historia”, dijo. “Es un servicio que hace la Iglesia a nuestra patria para la reconciliación de los argentinos que no se opone a la justicia”, afirmó Poli.
El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor José María Arancedo, aclaró que “el camino de la verdad es un camino de justicia y en última instancia a la reconciliación”. Consultados sobre si el material de los archivos arrojará luz sobre una eventual complicidad de la Iglesia católica con la dictadura, Poli remarcó que “la Iglesia hizo lo que tenía que hacer” durante esos años en los que desaparecieron unas 30.000 personas, según los organismos defensores de derechos humanos. “Hemos pedido perdón, no está ausente el mea culpa en nuestros documentos”, recordó Arancedo. Poli consideró que la Iglesia “actuó en el estrecho margen de la supresión de las garantías constitucionales. No es que no ha hecho nada, ha hecho muchísimo”, aseguró.