Por Blas Brítez
Periodista | @Dedalus729
En los años setenta, Maneco Galeano le puso música a uno de los homenajes más justos y sentidos que recibiera, desde la poesía, José Asunción Flores: “Donde la guarania crece”, un poema que Augusto Roa Bastos escribió y publicó en los años cincuenta. “Si la garganta nos duele/ para cantar con el pueblo,/ es mejor que se nos quemen/ las palabras y el aliento”, dice Roa al principio del texto dedicado a un “José Asunción envuelto en llama pura”.
Esa creación musical casi mágica de Flores habría de tener, a lo largo del siglo XX, y desde 1925, grandes compositores. Es esa música y son esos compositores clásicos a los que el intérprete Ricardo Flecha homenajeará en un disco y con un show el próximo viernes 23 de agosto, a las 20.30, en la Sala “Baudilio Alió”, del Teatro Municipal. Antes conversó con el Correo Semanal acerca de un género musical que como cantor no desconoce, por supuesto, y que desde pequeño ha aprendido y enseñado a amar.
—¿Por qué cantar guaranias hoy?
—Para responder a tu pregunta tenemos que repasar un poco la historia. Así encontramos que la guarania es el único género musical nuestro, creado por José Asunción Flores, quien en 1925, experimentando sobre una vieja canción popular, Ma’erãpa reikuaase, logró llegar al género de la guarania, ritmo que convierte al Paraguay en uno de los pocos países del planeta que tiene una música propia cuyo autor se conoce.
A partir de aquí, la guarania crece, se desarrolla aquí, en nuestro país, y en otros también, influenciados en ese entonces por nuestros grandes creadores.
Con el tiempo su difusión se fue haciendo cada vez más difícil. Durante la dictadura intentaron proscribir a su creador y de alguna manera silenciarla. En la década del 70, jóvenes entusiastas trabajaron intensamente para difundir la obra del creador, componiendo nuevas guaranias; algunos de ellos son Maneco Galeano y Carlos Noguera.
Hoy, porque queremos renovar nuestro compromiso, pero con voz propia. Nuestra intención es alentar la creación de nuevas guaranias que hablen de nuestro tiempo, de nuestra realidad actual, del tiempo que nos toca vivir. La guarania nos identifica, así como el guaraní. Queremos trabajar con este genero musical, incentivar la creación de nuevas obras, a partir de un acercamiento a los jóvenes compositores, para aportar al repertorio y fortalecer nuestra identidad, y entonces trabajar para la difusión.
—¿Aquí están tus guaranias preferidas?
—Aquí están las guaranias que aprendí de pequeño y otras que tuve la suerte de que grandes maestros como Emilio Bobadilla Cáceres, Agustín Barboza y Óscar Cardozo Ocampo me enseñaran.
—¿Quiénes pensás que son nuestros clásicos compositores de guaranias?
—Sin duda, la dupla de Manuel Ortiz Guerrero y José Asunción Flores no tiene igual. La guarania tuvo gran auge y grandes cultores como Víctor Montórfano, Demetrio Ortiz, Mauricio Cardozo Ocampo, Eladio Martínez, Carlos Miguel Jiménez, Carlos Federico Abente, Agustín Barboza, Herminio Giménez. Muchos de ellos fueron los grandes defensores del género.
—¿La guarania tiene cultores, en cuanto a composición, en los músicos de las nuevas generaciones? ¿La guarania crece?
—Como decía anteriormente, nos preocupa, por un lado, la falta de difusión de la música paraguaya, y especialmente de la guarania, lo que trae como consecuencia el desconocimiento, y esto, la falta de interés.
Esto es en líneas generales; pero toda regla tiene su excepción, y eso permite que haya algunos jóvenes que, venciendo todas estas barreras, estén incursionando en este genero y aportando nuevas creaciones; entre ellos podríamos citar a algunos que yo conozco: Hugo Ferreira, David Portillo, Víctor Riveros y Pedro Martínez, por ejemplo.
Ellos vienen trabajando en esta senda casi en silencio y con mucha seriedad; esperamos que este trabajo que planteamos iniciar ahora, en torno a la guarania, nos permita en poco tiempo descubrir e identificar a nuevos compositores e intérpretes, y junto con ellos podamos concretar esto de que “la guarania es la banda sonora del Paraguay profundo”.