25 abr. 2024

La generación “copiar y pegar” es un desafío para educadores

Con la ayuda de internet, cada vez más estudiantes recurren al copy–paste para “elaborar” sus trabajos prácticos. Esto, además de perjudicarlos, desnuda una falencia en el sistema de enseñanza.

Por Silvana Molina<br/><br/>silvana@uhora.com.py<br/><br/>Seleccionar + Copiar + Pegar + Imprimir. Hoy, para muchos estudiantes, esta es la fórmula perfecta para realizar un trabajo práctico, con la invalorable ayuda de internet. <br/><br/>Esta práctica se está volviendo cada vez más frecuente entre los alumnos de cualquier nivel de enseñanza (primario, secundario, universitario). Incluso quienes no tienen computadora e internet en sus casas se las arreglan para hacerlo desde un ?ciber′ o en la casa de un amigo. <br/><br/>La técnica es sencilla: entrar a un buscador (el más utilizado es Google), escribir el tema, darle Enter y automáticamente aparece una larga lista de sitios donde se desarrolla el tópico buscado. <br/><br/>Algunos –los menos– leen, analizan y resumen la información, citando la fuente. Otros –la mayoría– se limitan a copiar y pegar, o como también le dicen: a “copypastear”, sin siquiera leerlo, para presentarlo luego como un trabajo propio. ¿Cómo abordar este problema? <br/><br/> ASUMIR LA TECNOLOGÍA. Para la profesora Verónica Villalba de Amarilla, docente y vicedirectora de Educación Media del Colegio Johannes Gutenberg, hay que partir de que la tecnología forma parte natural de la vida de los jóvenes. “Eso nos obliga a encarar nuestra tarea de manera diferente, con otra mentalidad, y a manejar esta herramienta. Quizás a muchos docentes les cueste un poco, pero tenemos que incorporar la tecnología a nuestra labor”, explica.<br/><br/> El profesor José Antonio Galeano, educador universitario y promotor cultural, coincide con estos conceptos. “El problema también pasa por la reticencia del profesor a entrar en el tema informático. Si el docente no está en condiciones de evaluar hasta qué punto el alumno utiliza esas herramientas con propiedad, definitivamente no puede enseñar en el siglo XXI”, apunta.<br/><br/>A criterio de Galeano, hoy no se concibe un maestro que no maneje herramientas informáticas elementales, como el acceso a internet, saber cómo buscar, qué es un link, conocer lo que significa que unas letritas aparezcan en azul, cuando que todo el texto está en negro (“eso es una pegatina absolutamente grosera de cualquier página web”).<br/><br/>"Hay que estar a la altura de lo que estos tiempos requieren de nosotros”, recalca.<br/><br/>ÉTICA Y APRENDIZAJE. Esta situación tiene dos aristas. Por un lado, constituye un problema ético, ya que el apropiarse de un trabajo realizado por otro y presentarlo como si fuera propio es deshonesto e implica un plagio. Por otro lado, le afecta al estudiante en su formación académica, ya que al recurrir a esta práctica deja de adquirir habilidades fundamentales como: comprensión lectora, capacidad de síntesis y de redacción. <br/><br/>RECURSOS WEB. Actualmente, hay algunos recursos gratuitos en internet, para ayudar a los docentes a detectar cuándo los contenidos de un trabajo son copiados (ver recuadro).<br/><br/>Una de las formas más sencillas para descubrir este tipo de prácticas es introducir una frase exacta del trabajo en un buscador de internet: aparecerá cualquier referencia coincidente con el trabajo. <br/><br/> Pero antes que detectar y sancionar, es más importante prevenir que los estudiantes lleguen a esto, resalta la profesora Villalba. Es por ello que la manera en que se plantean los trabajos es fundamental. “La clave está en darle buenos indicadores de evaluación, que les lleven a leer, a razonar y a analizar”, afirma.<br/><br/>RECURSOS PARA DETECTAR COPIONES<br/><br/>–Approbo (http://approbo.citilab.eu). Esta aplicación informática diseñada por la empresa Symmetric permite verificar si un texto es original o se trata de una copia extraída de internet. Es gratuito y puede usarse desde cualquier computadora con acceso a internet. <br/><br/>–Educared (www.educared.net). Este sitio ofrece un software gratuito antiplagio, que debe instalarse en la computadora. El programa recorre sitios web para detectar plagios. <br/><br/>CONSEJOS PARA EVITAR EL “COPYPASTEO"<br/><br/>–Valorar la opinión personal, las reflexiones, ideas y comentarios de los alumnos. Utilizar términos como: “explica con tus propias palabras”, “da tu opinión sobre”, “cita ejemplos”, etc. <br/><br/>–Pedir a los alumnos que elaboren una introducción y una conclusión del trabajo. (Esto solo puede hacerlo quien leyó y analizó la información.)<br/><br/>–Exigir que citen todas las fuentes de información, tanto de libros impresos como de sitios en internet. <br/><br/>–Pedir que complementen la redacción con otras acciones de comprensión, como resúmenes, mapas conceptuales, entrevistas sobre el tema, ilustraciones, fotos, etc.<br/><br/>–Aclararles que la información debe ajustarse estrictamente a lo solicitado. (Algunos estudiantes copian y pegan cosas de las que solo leen el título y unas pocas líneas, pero que tienen muy poco que ver con lo que se les pidió.)<br/><br/>"DARLES UNA BUENA GUÍA DE TRABAJO” <br/><br/>"El copiar y pegar se puede regular y prevenir con una buena guía de trabajo elaborada por el docente. Las preguntas o instrucciones de la guía deben estar formuladas de tal manera que el alumno no esté frente a una pregunta de mero conocimiento sino que le lleve al análisis, al razonamiento, a elaborar su propias conclusiones. Porque si una guía de trabajo es muy básica y las preguntas se quedan en ¿qué es tal cosa?, cualquiera abre un diccionario y contesta. También hay otros indicadores para evaluar la organización de la información: uno puede pedir, por ejemplo, que la información esté procesada. Eso significa que el alumno debe leerla, analizarla y sintetizarla. Otro aspecto que les ayuda muchísimo a elaborar la información –y a evitar copiar y pegar– es pedirles una introducción y una conclusión del trabajo. Esa es una manera de ver si el alumno realmente leyó y entendió”, explica Verónica Villalba de Amarilla, docente.<br/><br/>"NO ACEPTAR TAREAS SIN BIBLIOGRAFÍA"<br/><br/>"Las nuevas tecnologías plantean nuevos retos para el maestro. Hoy ya no podemos pedir trabajos prácticos de la misma manera que lo hacíamos hace 20 años. Tienen que ser otras las coordenadas y las indicaciones y hay que ser muy firmes a la hora de exigir que los trabajos se ajusten a esos parámetros. Personalmente, aliento la utilización de internet, pero por eso mismo, yo no acepto jamás un trabajo práctico sin bibliografía: exijo que pongan tanto los textos impresos consultados como las páginas de internet utilizadas, incluso los links. De este modo, aleatoriamente el profesor puede entrar a alguna de esas páginas web y ver hasta qué punto ese estudiante copió y pegó. El docente no debe quedarse en el deslumbre que puede producir una información copiada y pegada. Y por otra parte, tampoco se les puede decir a los estudiantes: no usen internet”, comenta el educador José Antonio Galeano.<br/><br/>

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