"¿Están preparados para una noche larga?”, fueron las palabras de bienvenida de un emocionado Gustavo Cerati al finalizar “La ciudad de la Furia”, primera canción de un concierto calificado de “majestuoso” por los fanáticos de Soda Stereo.
70 mil personas deliraron y se emocionaron al extremo en un recital donde Soda tocó como nunca, haciendo honor a lo que sería la última fusión en el escenario de Gustavo, Zeta Bosio y Charly Alberti.
Pero antes de 1997, Soda Stereo ya tenía fecha de defunción: La banda no atravesaba por sus mejores momentos y era inminente una separación, algo que conmocionó no solo a los argentinos, y trascendió fronteras, al tratarse de un grupo que marcó pautas en el rock latinoamericano.
“El 20 de septiembre fue un día extraño, empecé el show muy triste pensando que cada tema que terminaba no lo iba a tocar más. No sabía que existiría un 2007 (La gira me verás volver). En un momento pude cambiar la energía y disfrutar del show. En el último recital me puse la camiseta de la selección Argentina, por todo lo que significó la banda. Tuve esa necesidad”, recordó Charly Alberti en una entrevista con el periodista Bebe Contepomi.
Una gran canción fue la elegida para el cierre de una gran noche: Los cuatro acordes del riff inicial de “De música ligera”, tema nacido para ser hit radial por excelencia, daban el adiós a la banda que cambió las reglas de juego en el rock argentino.
Y por supuesto, la cereza que coronó el postre: La frase que quedó en la memoria colectiva: ¡Gracias Totales!, que hoy cumple 15 años de ser pronunciada en la boca de un músico cuyo pase directo a la eternidad está asegurado.
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