Valdés afirmó que el ajuste del emisor chileno, establecido en su Informe de Política Monetaria (Ipom) de marzo presentado hoy, era “relativamente esperado” y se explica por la huelga de 44 días en la minera Escondida, las devastadores incendios forestales y otros factores.
Pese a esto, destacó que la previsión de la demanda interna prácticamente no ha sufrido cambios y crecerá en comparación con 2016, lo que “hace augurar que vamos a tener una economía que va creciendo más”.
A estos factores hay que sumar que la economía mundial está “un poco mejor” y eso debería “empujar hacia un mayor crecimiento y que la política macroeconómica que seguimos en Chile es seria y va a aportar a ese crecimiento”, añadió el jefe de las finanzas chilenas.
Sobre el débil crecimiento de la economía del país durante el Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, que bordea el 2 % anual, Valdés recordó que América Latina ha vivido un “ambiente muy complejo” que ha perjudicado al país austral.
“Latinoamérica entró en recesión, el desempleo en algunos países ha calado significativamente y nosotros en Chile, todos los chilenos, hemos sido capaces de capear estos momentos más difíciles”, argumentó.
El Banco Central recortó su previsión de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para este año a un rango de entre 1 % y 2 %, desde el anterior de entre 1,5 % y 2,5 % establecido en diciembre.