Un clima de incertidumbre es el primer efecto que deja la crisis política en la economía local; y es por ello que los principales gremios empresariales se manifestaron en contra de este ilegal proyecto de enmienda a la Constitución.
Paraguay se jactó en los últimos años de tener uno de los mejores ambientes de negocios en la región y, justamente, esta fue la carta de presentación ante más de 500 inversores extranjeros en el lanzamiento de la marca país; pero, todos esos esfuerzos terminaron por embarrarse con la triste imagen de una sede parlamentaria en llamas y la represión policial que derivó en la muerte de un joven.
Para este año se espera un repunte en la inversión extranjera directa (IED), aprovechando el envión de la recuperación económica de Argentina y Brasil. Pero las expectativas podrían verse frustradas tras la imagen de fragilidad democrática que dejamos ante los inversores y que se vio reflejada en extensos reportajes publicados por The Economist, Financial Times, BBC, CNN y New York Times.
La discusión también paralizó las actividades en el Poder Legislativo, relegando a un compás de espera a proyectos como la actualización de la carta orgánica del Banco Nacional de Fomento y la del mismo Banco Central. La indefinición en la ley de libranzas o la introducción del interesante proyecto de factoraje como sistema de crédito alternativo para las pymes.
Sin dejar de mencionar la espera de una aprobación en el Senado a la ampliación presupuestaria para compensar al sector público el reajuste de 7,7% del salario mínimo vigente desde diciembre.
Y mientras los políticos siguen en sus trincheras, observamos que el crédito bancario no logra recuperarse y la desaceleración, inclusive, está afectando los indicadores financieros del sistema cooperativo. A nadie parecen preocupar las señales de alerta, pues aunque ayer Horacio Cartes dijo renunciar como candidato en 2018, sus aliados insisten con el plan ilegal.
Un eventual referéndum polarizará la atención del país, complicaría la aprobación en el Parlamento de importantes créditos para proyectos de inversión pública afectando así al ritmo en las obras.
Por ello, el propio titular de la Asociación de Bancos del Paraguay (Asobán), Beltrán Macchi, advertía semanas atrás que la microeconomía, que es el bolsillo del paraguayo común, será la primera afectada.
El equipo económico del Poder Ejecutivo ha pedido insistentemente “blindar a la economía” de estas discusiones políticas; sin embargo, es desde el mismo Gobierno que se están marcando las primeras fisuras a una economía que costó años fortalecer.