El príncipe heredero, Maha Vajiralonkorn, que regresó hoy al país desde Alemania, anuló su comparecencia en un acto de graduación en la Universidad de Chiang Mai, en el norte del país, previsto para el 27 y 30 de este mes, según indicó esta institución en un comunicado.
Su hermana, la princesa Chulabhorn, canceló su participación en dos clases que debía impartir mañana y el viernes en el Palacio Real Chitlada de Bangkok organizado por la Oficina Real de Escribas, informó esta organización.
El anuncio coincidió con la decisión del primer ministro, Prayut Chan-ocha, de finalizar una visita a Chonburi, al este de Bangkok, y regresar a la capital debido a un “asunto urgente”, según informó la prensa local.
La bolsa de Bangkok inició la sesión vespertina con una caída del 6,48 %, equivalentes a 93,48 puntos, que situó el índice SET en 1,348.73 puntos.
Decenas de tailandesas se concentraron a primera hora de la tarde para hacer plegarias delante del Hospital Siriraj de Bangkok, donde el monarca está ingresado.
Bhumibol, con 88 años el jefe de Estado más longevo, fue sometido el sábado a una hemodiálisis para drenar líquido cefalorraquídeo de su cerebro, y recibió tratamiento ante una caída acusada de la presión sanguínea, según informó la Casa Real el domingo.
Tras la intervención, los médicos calificaron de “inestable” su estado de salud y recomendaron al monarca que suspendiera todas sus funciones reales.
El rey Bhumibol permanece ingresado en el Hospital Siriraj de Bangkok de manera casi ininterrumpida desde hace más de un año por su precario estado de salud y desde entonces la Casa Real ha emitido 37 comunicados sobre el desarrollo de su hospitalización.
La última aparición pública del monarca fue el pasado 11 de enero, cuando realizó durante algunas horas una visita al palacio real de Chitralada.
El estado de salud de Bhumibol es un asunto tabú en el país debido a la ley de lesa majestad, que blinda a la Casa Real contra todo tipo de acusaciones y comentarios.
Bhumibol, en el trono desde 1946, es el único rey que ha conocido la mayoría de los tailandeses, que lo tiene como un ser casi divino, símbolo unidad y guía de la nación.