La acusación fue presentada por el Partido Verde y se basa en un “homenaje” que Bolsonaro rindió a un militar que dirigió un centro de tortura durante la última dictadura (1964-1985) cuando anunció su su voto a favor de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, hoy suspendida de sus funciones para responder a un juicio político.
Bolsonaro, del Partido Social Cristiano (PSC), declaró en su momento que votaba en memoria del coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, al que calificó como “el pavor de Rousseff”, quien durante su juventud estuvo detenida y sufrió torturas en un centro comandado por ese militar, fallecido el año pasado.
El polémico diputado es un férreo defensor de la dictadura y más de una vez ha declarado que los militares deberían volver al poder.
Bolsonaro, que fue paracaidista en un regimiento de la Academia Militar, ejerce actualmente su sexto mandato de diputado y también responde a un proceso penal por injuria y apología al delito ante la Corte Suprema.
El tribunal inició esa causa la semana pasada, apoyado en unas fuertes declaraciones que Bolsonaro profirió sobre la diputada María do Rosario Nunes, del Partido de los Trabajadores (PT), a quien le dijo que no la violaría “porque ni eso merece”.
Esas declaraciones, en el pleno de la Cámara de Diputados, fueron una respuesta a un discurso de Nunes, en el que la parlamentaria socialista condenó las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura.
“Ella no lo merece porque ella es muy mala, muy fea, no califica para mi gusto. Jamás la violaría. No soy violador, pero, si lo fuese, no la violaría porque ni eso merece”, dijo Bolsonaro.