“Esta decisión tan extrema es porque los centros de acopio ya tienen suficiente para abastecer a las familias damnificadas”, dijo a la prensa el jefe de la Defensa Nacional para el estado de catástrofe, contralmirante Julio Leiva.
Explicó que el deseo de ayudar de los chilenos ha generado que caravanas de camiones, hagan colapsar los lugares donde se está dejando la ayuda.
Tras decretarse la medida, carabineros comenzó a solicitar a los camioneros que no lleven la ayuda específica y retornen a sus lugares de origen.
En tanto, el alcalde de Valparaíso, Jorge Castro, reconoció que en la ciudad, situada a 120 kilómetros al noroeste de Santiago, hay alimento para los damnificados “para al menos 30 días”.
Mostró su preocupación de que las bodegas atestadas de leche, yogur y alimentos frescos no sean distribuidas a tiempo.
El mayor problema que existen en la zonas de acopio son las miles de prendas de ropa usada que, según las autoridades, está generando un grave problema sanitario.
El puerto de Valparaíso, formado por una bahía rodeada de 42 cerros y considerada la segunda ciudad en importancia de Chile, sufrió el pasado 12 de abril un incendio que se prolongó por tres días, afectó a seis cerros, causó la muerte de 15 personas, dejó 2.900 viviendas casas destruidas y 12.500 personas damnificadas.
