Uso esa expresión, porque varios referentes del Frente Guasu apelaron a ella para justificar su coincidencia con el cartismo.
Con la hipótesis de que “solo Lugo puede ganar”, eligieron una táctica peligrosa: aliarse al enemigo para luego derrotarlo con sus propias armas.
Si lograban el objetivo serían los Messi de la política y obligarían a quienes los criticaban a bajar respetuosamente la cabeza. Pero si fracasaban, se enfrentarían a costos muy altos.
Jugadas de este tipo no suelen funcionar ni en los casinos, ni en la política. Para ganar, los astros deberían alinearse en sucesivos e improbables pasos.
Hagamos el ejercicio.
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Paso 1. La enmienda debería ser aprobada por el Parlamento. El Frente Guasu superaría la acusación de ser aliados de Cartes con proyectos que demostrarían su perfil opositor.
Ejemplos: Aumento de impuesto al tabaco, impuesto a la soja y negación de bonos soberanos.
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Paso 2. Ahora habría que lograr que en el referéndum ganara el “sí”.
Como la campaña sería idéntica al cartismo, en el Parlamento se bloquearían todos los proyectos del gobierno.
Superado este nivel, sin mayores casos de esquizofrenia, todavía faltarían escalones para la madre de todas las batallas: Lugo versus Cartes.
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Paso 3. El Frente Guasu no gana solo una elección nacional, necesita recurrir a una alianza con la estructura liberal.
Los llanistas son indispensables –aunque no suficientes–, pero para contar con ellos sería necesaria una nueva convención del PLRA. La última decidió que cualquier alianza debe ser encabezada por un liberal.
Supongamos que, por algún motivo, esto se revirtiera. Sería entonces aún más increíble que se cumpliera el requisito siguiente.
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Paso 4. Alegre debería renunciar a sus ambiciones de candidato y detrás de él su dirigencia, dejando el camino libre a Llano.
Todo el PLRA se sumaría sumiso.
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Paso 5. Por el camino y contra reloj, habría que convencer a los grupos ajenos al Frente Guasu a aceptar la política de los hechos consumados y olvidar el boicot a Mario Ferreiro en las elecciones de Asunción.
Pero, aun así, seguiría faltando algo.
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Paso 6. Una fractura en las internas coloradas.
Las ganaría Cartes, pero sería necesario un Marito derrotado y tan enojado como Castiglioni en el 2008.
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Paso 7. Ahora sí, con toda la oposición unida y el coloradismo dividido, Lugo debería vencer a Cartes.
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El plan fracasó en el paso 1. Pudo haber sido peor.
Hoy todavía es posible medir las consecuencias y hacer una autocrítica.
Imagínese si fracasara en el paso 7 y, gracias a los estrategas del Frente Guasu, Cartes fuera reelecto.
De eso nadie vuelve.