AFP, EFE y REUTERS
WASHINGTON - EEUU
El gobernador de Ohio, John Kasich, anunció ayer el fin de su campaña por la nominación presidencial del Partido Republicano para las elecciones de noviembre, y con ello dejó al millonario Donald Trump sin más adversarios en la disputa partidaria.
“Al suspender mi campaña, tengo renovada y más profunda fe en que el Señor me mostrará el camino adelante”, dijo Kasich. Su salida de escena deja oficialmente a Trump como único aspirante del Partido Republicano en carrera por la Casa Blanca.
Al despedirse de la campaña, Kasich dijo que en esta coyuntura EEUU “debe tener en mente que es necesario restituir el poder, el dinero y la influencia del Gobierno a la gente, en cualquier lugar que vivamos. Administrar el país desde abajo hacia arriba”.
El fin de las campañas de Ted Cruz y Kasich es consecuencia directa del espectacular triunfo de Trump en Indiana, a pesar de los desesperados esfuerzos por impedir su marcha imparable. Trump consiguió hasta ahora 1.053 delegados en las primarias y precisa de 1.237 para confirmar su victoria en la disputa interna durante la convención republicana prevista para julio. Pero al ser el único en carrera, su nominación resulta ahora prácticamente inevitable, cuando restan elecciones en estados importantes, como California.
BUEN VICEPRESIDENTE. Trump dijo que John Kasich ha hecho bien en retirarse de la carrera a la Casa Blanca, al tiempo que señaló que podría ser un buen vicepresidente, según declaró a CNN. “Estoy interesado en él. Tenemos una buena relación y podría ser de mucha ayuda”, dijo el magnate neoyorquino tras conocer la retirada de la carrera por la nominación republicana del gobernador de Ohio pocas horas después de anunciarse lo mismo de su principal rival, el senador Ted Cruz.
El magnate neoyorquino se probó el traje de probable candidato presidencial republicano con un mensaje mixto sobre la unidad del partido y uno más claro sobre su más que posible rival en la pugna por la Casa Blanca, la demócrata Hillary Clinton. Trump puede comenzar a prepararse ahora para la elección del 8 de noviembre, en la que se espera que Clinton sea su rival, a pesar de que su nominación se vio retrasada por el triunfo en Indiana de su oponente en el campo demócrata, Bernie Sanders. El reto inmediato de Trump es restañar las profundas heridas al interior del partido, aliviando la tensión con muchos militantes por su estilo intimidador.
