Karzai, que se mostró también a favor de “plantarse ante EEUU”, sigue teniendo una influencia considerable en el grupo étnico pastún, el mayoritario del país, al que también pertenece el presidente Ashraf Ghani. Sus duras palabras podrían tener consecuencias políticas y poner en peligro la misión militar de Washington en tierras afganas. Funcionarios de defensa afganos dijeron que la bomba GBU-43 de 9.797 kilos, lanzada en la provincia oriental de Nangarhar, mató a cerca de un centenar de supuestos militantes, aunque reconocieron que se trata de un cálculo y no de un recuento de víctimas.
“¿Cómo puede permitir que los estadounidenses bombardeen nuestro país con un artefacto similar a una bomba atómica?”, indicó Karzai en un evento público en Kabul, poniendo en duda la decisión de Ghani. “Si el Gobierno les permitió hacer esto, estuvo equivocado y cometió una traición nacional”.
La oficina de Ghani dijo que el ataque fue coordinado de forma estrecha entre las fuerzas afganas y estadounidenses y replicó a las acusaciones de Karzai con un comunicado en el que dijo que “todos los afganos tienen derecho a decir lo que piensan. En este país hay libertad de expresión”. reuters