AFP, REUTERS y EFE
BUENOS AIRES - ARGENTINA
Un juez federal argentino ordenó ayer congelar las cuentas bancarias de la ex presidenta Cristina Kirchner por la causa en la que se investigan operaciones cambiarias del Banco Central durante su Gobierno.
El juez Claudio Bonadío, que acusa a Fernández de haber causado daño financiero al Banco Central por sus medidas contra la devaluación en 2015, ordenó congelar los fondos hasta que la ex presidenta cubra un embargo por 15 millones de pesos (1,02 millón de dólares) que fue fijado al momento de su procesamiento.
Cristina “fue intimada precedentemente por el Oficial de Justicia ad hoc de este Juzgado, manifestando no poseer ni bienes ni dinero para dar a embargo, decrétase la inhibición general de bienes respecto de la nombrada, hasta cubrir la suma de pesos quince millones ($ 15.000.000)”, escribió Bonadío en el documento publicado por el sitio web del Centro de Información Judicial.
El juez agregó que “al momento de ser intimada a embargo (...) la encausada manifestó que no satisfaría el mismo, y que de acuerdo a la prueba reunida (...) la nombrada registra productos bancarios, financieros y valores en distintos bancos del país”.
manejo del sistema. La operatoria de futuros por la que Kirchner y parte de su gabinete económico son investigados consiste en fijar un precio de la divisa a 3 o 4 meses, como inversión. Si el tipo de cambio baja, el Banco Central gana dinero. Si se devalúa, el Banco pierde. Una de las primeras medidas de Macri fue liberar el tipo de cambio, y la devaluación llegó a 32%.
Kirchner, que asistió a una audiencia de notificación el miércoles, repitió que este era “un caso de hostigamiento. Hacen un uso político de esta causa”, dijo la ex presidenta.
Bonadío sostiene que cuando ella era presidenta (2007-2015) impulsó en el Banco Central la venta de dólares a futuro a un precio bajo. Acusa que esa operación provocó fuertes pérdidas a la autoridad monetaria. Fernández afirmó que los contratos a futuro “fueron firmados por CEO (directores de empresas) que después se convirtieron en funcionarios del Gobierno (de Mauricio Macri). Devaluaron y le preguntaron a Bonadío si el banco les podía pagar los futuros. Les dijo que sí”.