EFE
La audiencia decidió mantener la prohibición que ya había decretado de forma provisional en mayo del año pasado y dar la razón en parte a Erdogan, en un caso que llegó a causar una crisis diplomática entre Ankara y Berlín.
La sentencia puede ser recurrida y tanto los abogados de Erdogan, como los del cómico habían avanzado antes de la vista de este viernes que darían nuevos pasos legales, si la audiencia no les daba la razón.
En su poema, que el propio cómico presentó como “crítica injuriosa” para intentar mostrar de forma irónica los límites de la libertad de expresión, Böhmermann acusaba a Erdogan de practicar la zoofilia, golpear a menores o maltratar a discapacitados.
Los hechos tuvieron lugar en marzo de 2016, en el programa que el cómico presenta en la cadena pública ZDF, premiado como el mejor programa de entretenimiento nocturno de la televisión alemana esta semana.
El proceso civil abierto en Hamburgo era el único que se mantenía vivo después de que las demandas penales fueran archivadas el pasado año por la Fiscalía de Maguncia, que consideró que no se podía probar “con la seguridad necesaria la existencia de hechos punibles”.
La Fiscalía consideró que el cómico utilizó ese poema como ejemplo de los límites de la libertad de expresión y estimó que una una sátira no es delito, si la caricaturización de debilidades humanas no supone una difamación grave de una persona.
Erdogan había presentado una demanda penal y, al mismo tiempo, su Gobierno pidió la apertura de un proceso basado en el artículo 103 del Código Penal alemán, que tipifica como delito la injuria a jefes de Estado extranjeros.
La apertura de ese proceso requería el visto bueno del Ejecutivo de Berlín y la canciller alemana, Angela Merkel, lo concedió, una decisión por la que recibió duras críticas en el país y que rechazaron sus socios socialdemócratas en la gran coalición.
En octubre del año pasado los socios de la gran coalición llegaron a un acuerdo para eliminar el polémico artículo 103 del Código Penal.