Su trabajo diario es levantarse bien temprano para sacar fuera del taller los vehículos que fueron reparados y se encuentran listos para ser entregados a los clientes, y así ingresar los recién llegados para su arreglo.
Sin embargo, la mañana del jueves 29 de noviembre permanecerá en su memoria y la de su familia para siempre: Llegó el inesperado temporal con caudalosos raudales que casi lo arrastran por querer rescatar precisamente dos de los rodados que estaban para entregarse.
Se trata de Julio César Guanes, de 35 años, famoso luego de que un vecino lo filmara queriendo salvar de la inundación y destrucción a un Mitsubishi Eclipse modelo 1993, de color rojo, y un Nissan Tiida, modelo 2004, y de color celeste. El Mitsubishi, valuado en unos G. 20 millones en el mercado local, apareció a unos 200 metros del taller mecánico, convertido en chatarra en un arroyo en el barrio Santo Domingo de Lambaré; del rodado celeste apenas quedó el techo.
“Empezó a lloviznar, pero nunca, desde que estamos instalados acá en el año 1990 vimos el agua así; por eso no me preocupé tanto y empecé a meter de nuevo los vehículos, pero de golpe se vino con todo, parecía una maldición”, relató a ÚH Julio César Guanes.
Dijo que pudo meter algunos vehículos de vuelta al taller, pero ya no hubo tiempo para el Nissan ni el Mitsubishi, porque ya no arrancaban debido a la gran cantidad de agua que ingresó a los rodados con el raudal.
“Traté de maniobrar, pero no había caso; aunque la adrenalina no me hizo pensar en mi vida; no era yo; al bajarme del vehículo el raudal me arrastró y me llevó. Doy gracias a Dios que detrás todavía estaba mi secretario, quien estiró mi mano y me salvó”, comentó Guanes en la entrevista, contento de estar con vida y en compañía de sus seres queridos poder dar su testimonio de vida, tras el temporal.
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RECORRIÓ EL MUNDO. El video que grabó uno de los vecinos recorrió el mundo después de la lluvia de siete horas del pasado jueves.
“Recién volví a ver el video, esta vez en CNN”, relató César remarcando que en ese momento, no pensó ni un segundo en su integridad, y que solo salió del móvil al darse cuenta de que ya era imposible arrancar.
Sobre la consecuencia de la destrucción de ambos vehículos, Julio César se mostró tranquilo. “Con uno de los propietarios ya conversé y es un buen cliente mío. Me dijo: ‘tranquilo y después arreglamos’”, agregó. Ambos automóviles no contaban con seguro, según el mecánico.
Los asesores legales de Guanes le comentaron que debido a que los daños de los rodados se produjeron por una situación fortuita, debido a la condición climática que se vivió, él no es responsable del daño.
“Igualmente voy a dar la cara por lo que pasó y esto se va a arreglar de alguna forma”, indicó César, el mecánico, como es conocido por los vecinos.
POLUCIÓN. Una cuenca hídrica colmatada de desechos urbanos y de todo tipo corre por todo el barrio Santo Domingo, lo que preocupa a los pobladores de la zona, debido a que la situación es muy peligrosa, sobre todo cuando hay grandes lluvias, como las del pasado 29 de noviembre.
“Aunque esta vez el agua que cayó nunca antes fue vista así; siempre tenemos problemas en el barrio, pero hasta ahora ningún intendente hizo algo al respecto”, aseguró Guanes.
Traté de maniobrar, pero no había caso; la adrenalina no me hizo pensar en mi vida; no era yo; al bajarme del vehículo el raudal me arrastró y me llevó.