Santiago Auserón, nombre real de Juan Perro, brindó en el Club Chocolate de la capital chilena un concierto íntimo en el que demostró que su voz mantiene su fuerza de siempre pero en el que no dejó ni un resquicio para la nostalgia de su época en Radio Futura.
“Les invito que entren a esta fiestecita casera en el patio de mi casa a ustedes, que no vienen buscando himnos radiofónicos -en referencia al grupo que le catapultó a la fama-, sino la aventura de adentrarse en canciones que no han escuchado nunca”, exhortó Auserón al público al comienzo del show, cerca de la pasada medianoche.
Juan Perro se lanzó entonces con un repertorio variado, que deja atrás el rock de sus primeras épocas y bucea en los ritmos del Caribe, el flamenco o el blues del sur de los Estados Unidos, siempre acompañado por la guitarra del maestro Joan Vinyals y el saxofón o el clarinete de Gabriel Amargant.
El concierto comenzó con el jazz de “En el río” y a partir de ahí empezó un viaje que, además de Nueva Orleans, pasó por México con “En la frontera” y por Cuba con “Señora del Mar”.
Pero lo que le dio al concierto un aire realmente especial fueron los pequeños monólogos, poesía recitada que se inspiraba en vivencias personales y situaciones de fantasía, con los que Auserón fue introduciendo todas las canciones.
“Ha sido un sueño muy esperado durante muchas noches en vela, era largo anhelo acabar tocando en Santiago de Chile. Es un regalo por el que dar gracias la vida”, confesó al público en uno de estos incisos.
Llegaron entonces dos de sus piezas más esperadas, como la muy aplaudida “Obstinado en mi error” y “La fonda de Dolores”, con la que la audiencia por fin se arrancó a cantar con el trío de músicos españoles.
Auseron creó un ambiente tan familiar que incluso se permitió el lujo de cantar “No más lágrimas” a capella y de regañar a una parte del público con elegancia y su habitual ironía: “Por favor, compañeros, toquen más bajito para no molestar la conversación de estas dos señoritas”.
Entre homenajes a mitos de la música como Compay Segundo, Louis Armstrong o Duke Ellington, y piezas brillantes como “Ámbar” o “El forastero”, Juan Perro desterró las nostalgia de Radio Futura y llevo su música a una nueva dimensión llena de fusiones y matices.