Ellos son el presente. Y poco a poco nos lo están mostrando los secundarios, los que tomaron la UCA y los universitarios de la UNA. Por supuesto, también los jóvenes campesinos que nos han visitado este año, los jóvenes presos inocentes de Curuguaty en Marina Cué y los jóvenes de los Bañados y asentamientos campesinos e indígenas.
Ellos son el mejor presente que tenemos y con su conducta nos hacen olvidar a muchos mayores y unos pocos de jóvenes ya domesticados, que este año nos han avergonzado con su sumisión al sistema y se preparan pensando en el asalto de las elecciones para prolongar el espíritu de la dictadura.
Pero, hablemos de los jóvenes de hoy que son también, el futuro. Un futuro no de cambio de páginas, sino de un libro nuevo. Ellos, en germen, nos están mostrando lo que puede ser el Paraguay que venga y en el que soñamos desde hace muchos años. En contraste grande con los objetivos y acciones del Gobierno que tenemos, que quieren prolongar el gran negocio que están haciendo hoy rematando al Paraguay.
Este Día de la Juventud es día de felicitación, admiración y agradecimiento.
Nuestro papel es arroparlos para que no los destruyan, ayudarles en la lucha y aprender de ellos esa sabiduría del futuro que ellos tienen dentro.
Acabo con una mención de aquellos jóvenes que son víctimas del sistema. Los corruptos a los que me referí antes. Y también de los jóvenes a los que la sociedad que por la pobreza ya han caído en la trata, en la droga, en la violencia del asalto, y están en Tacumbú e Itauguá con pocas esperanzas de cambio. Deseo ayudarles.