CIUDAD DEL ESTE
Un grupo de voluntarios denominado Movimiento Fuerza Joven ofreció ayer un almuerzo a niños y niñas del asentamiento 8 de Diciembre, ubicado en el kilómetro 8, lado Acaray, de Ciudad del Este (CDE). La intención fue llevar un poco de alegría a los sectores más carenciados de la capital del Alto Paraná, refirieron.
Se trata de vecinos del barrio Ciudad Nueva, que días pasados bachearon varios puntos de la avenida Julio César Riquelme. José Maciel, uno de los voluntarios, dijo que están trabajando de forma silenciosa ayudando en lo que se puede a gente que necesita.
Señaló que todo lo que hacen en el grupo es con recurso propio. “No recibimos ayuda de nadie porque no queremos que esto se salga de control. Hacemos y nos comprometemos solo lo que podemos. Este asentamiento yo conozco y sé que hay mucha gente que necesita, por eso elegimos este lugar para ofrecerles un rico almuerzo”, apuntó el voluntario.
NO TIENE PRECIO. Maciel señaló que llevaron comida para 300 personas y que con alegría pasaron el día con los vecinos del asentamiento. “Es una de las pocas satisfacciones que no tienen precio. No somos políticos, ni tenemos aspiraciones políticas, somos un grupo de vecinos y amigos del barrio Ciudad Nueva que queremos algo a favor de los más necesitados”, añadió.
Comentó que también suelen distribuir cajas de pollo a familias que necesitan para hacer actividades y recaudar para cubrir los gastos de algún enfermo. “Hay mucha necesidad, en muchos sectores y, como siempre digo, no damos falsa expectativa, ni nos comprometemos a nada que no podamos cumplir”, insistió.
Dijo que jóvenes de Asunción se comunicaron con la organización y quieren hacer lo mismo en la zona del bañado.
“No queremos ser ejemplo de nadie, pero si lo que hacemos sirve para hacer el bien a compatriotas de otros puntos del país, pues que así sea”, expresó el joven.
CASA. Maciel señaló que el Movimiento Fuerza Joven no tiene un líder y que todos sus miembros son voluntarios y todo lo que se hace se decide en grupo. “Una de las metas ambiciosas que tenemos es construirle casa a la gente más carenciada. Ojalá podamos, pero ese es nuestro sueño. Mismo en este asentamiento hay gente con vivienda muy precaria a la que podemos ayudar. Pero eso es a futuro. Estamos trabajando en ese proyecto, viendo la forma de cómo financiarlo”, acotó.
Éver Duarte, otro voluntario, refirió que toda la dedicación se ve ampliamente retribuida con el agradecimiento, el abrazo y el calor de la gente. “Nosotros también tenemos hijos, esposa, familia que hoy dejamos para poder compartir con la gente que más necesita. Es una sensación única que vale la pena experimentar. Somos un grupo de amigos y vecinos unidos que miramos un poco más de nuestra comodidad para ayudar a los demás”.