“Fue muy duro lo que pasé acá, no le deseo a nadie. Pero ya estoy haciendo de todo para salir. Ya me encomendé a la Virgencita para no volver a este lugar”, cuenta con seguridad en la voz uno de los adolescentes privados de libertad que viven en el Centro Educativo de Itauguá, a quien en esta nota se le dará el nombre ficticio de Juan para proteger su identidad.
El menor tuvo que afrontar el castigo que le impuso la justicia por infringir la ley. “Estoy acá por robo”, se sincera el muchacho, cuyo aspecto de adulto parece contradecir a sus documentos, que afirman que el día de hoy, 22 de setiembre, llega a los 15 años de edad. Un día más que especial para Juan, ya que lo festejará en su casa, con sus seres queridos. “Mi mamá me dijo que ya está comprando la torta para festejar. Me van a dar medidas”, añadió sin poder ocultar la emoción.
El joven, que se dedicaba a vender chipa en su natal Villeta, llegó hace tres meses al centro donde están recluidos los adolescentes infractores. Estuvo deambulando entre sectores conocidos como Calabocito, Sector Cinco, en el rancho y otros lugares.
CURSOS. Tuvo que sobrevivir, hasta que un día se dio cuenta que tenía que cambiar de vida y comenzó a acudir a un curso de carpintería, uno de los que ofrece el Servicio de Atención al Adolescente Infractor (Senaai) a los jóvenes privados de libertad, y allí comenzó a dejar la vida de ocio para aprender un nuevo oficio. “Ahora ya sé manejar la cepilladora y otras herramientas para la carpintería. También retomé mis estudios estando acá”, relataba Juan, sin dejar de pasarle lija a una caja navideña, que se encuentra casi terminada.
Juan tiene el desafío de terminar la escuela; está cursando el cuarto grado, y también de no reincidir. Asegura que trabajará con su mamá y así buscará reinsertarse en la sociedad.
De los 134 adolescentes que hoy viven en el Centro Educativo de Itauguá, solo 24 están condenados; mientras que 110 de ellos están procesados.
El director general de Senaai, Orlando Castillo, explicó que la población es la más baja de los últimos 11 años y que es un récord que se está manteniendo por más de seis meses.