Por Marian Quiroga
Marian-Quiroga@uhora.com.py
El artista vivió varios años fuera del país, donde llegó a posicionar su voz en lo alto. Es padre de seis hijos (Jorge Gregorio, David, Pamela, Anahí, Camilo y Francisco) y actualmente está casado con la también artista Emilia Recalde, su compañera de lucha.
–¿Cómo empezó su carrera como artista?
–Cuando tenía 22 años estudiaba canto con Ramón Aponte, fue él quien me enseñó las primeras técnicas vocales y me impulsó a competir en el cásting para ingresar al programa denominado Feliz Domingo, que se transmitía por Canal 9. Allí se realizaba el concurso de canto Buscando la voz, y gané el primer puesto. Entonces me vio un empresario español y me llevó a España. Fue donde arranqué mi carrera y mis estudios musicales, vocales y todo lo que tenía que ver con la música.
–¿En qué momento empezó su vocación artística?
–Estando en el cuartel, escuchábamos mucho la música paraguaya y me gustaba. Después empecé a cantar con los amigos las serenatas, yo era muy tímido, pero como se hacía de madrugada nadie me veía, cantaba sin problema. Así fue realmente como me empezó a gustar la música.
–¿Cómo fue su experiencia en el exterior?
–Yo fui a Europa solo por seis meses, pero mi contrato se prolongó por dos años. Empecé a actuar en locales importantes y en el año 1991 volví a participar en un concurso de canto en Holanda, donde había 2.500 participantes. Fue allí donde me compararon con Luciano Pavarotti, ese concurso también me abrió muchas puertas.
–¿Alguna anécdota que recuerda?
–Tengo algunas, como cuando Andrea Bocelli me dijo: “Jorge, tenés que cobrar más caro” (risas). También me viene a la memoria el año 1996, cuando participé en el Festival OTI de la Canción. Allí el director de la televisión española me dijo que el tema que yo presenté, Por ti mujer, tenía que haber sido el ganador de ese año, pero que por algunas cuestiones, como que Paraguay no tenía mercado, no les interesó. Es una pena que para esos concursos internacionales, el Festival OTI de la Canción o el Grammy, sea muy difícil para nosotros, los paraguayos. Digo difícil, no imposible.
–¿A qué se dedica actualmente?
–A lo que sé hacer, cantar. Además desde hace tres años estoy propulsando un proyecto que se llama Mi patria soñada, que apunta a potenciar el patriotismo, porque luego de vivir varios años fuera del país me parece que el patriotismo está muy por el suelo. Lo que hacemos es visitar las escuelas de todo el país y regalamos materiales audiovisuales de conciertos que había dado en el 2011, en el Bicentenario. Con este proyecto pretendemos que en las escuelas se vuelva a escuchar y cantar la música paraguaya. Mi patria soñada ya se declaró por la Cámara de Diputados de Interés Cultural. También tengo un programa en Radio Nacional del Paraguay 95.1 FM, de lunes a viernes, de 14.00 a 16.00.
–¿Cómo combina su trabajo con su vida familiar?
–Gracias a Dios, la música no lleva mucho tiempo, yo le llevo a los chicos al colegio, comparto con mi señora, aparte de los viajes, porque eso lleva tiempo, pero coordino cuando voy al exterior y vuelvo enseguida.
–¿Tiene otro sueño por cumplir?
–Como padre mi sueño es que mis hijos estén bien, y como paraguayo que el país esté cada día mejor, especialmente en la seguridad y en la educación. Que vayamos mejorando, entonces sería muy feliz. A pesar de que tenemos nuestra casa en Holanda, siempre digo que me gustaría que esa misma política se implementara aquí.
–¿Alguna filosofía de vida?
–Como filosofía de vida digo que hay que prepararse, estudiar, ser dinámico en lo que uno hace, creer en uno mismo y, por sobre todo, ser disciplinado. Siempre me preguntan si tengo alguna fórmula para salir adelante y yo contesto, que la única fórmula es trabajar y estudiar, no hay ninguna otra.