“Cake” comenzó a hacer ruido en el Festival de Toronto. Su protagonista es una Jennifer Aniston difícilmente reconocible, desmejorada y demacrada, con el rostro marcado (por obra y gracia del maquillaje, obviamente), señala hoycinema.abc.es.
En cuanto a su personaje Claire, es una mujer que acude a un grupo de apoyo para personas con dolor crónico, fruto de una tragedia del pasado.
Allí descubre una historia que le fascina: la de una mujer que acaba de suicidarse. A partir de eso, la protagonista inicia una relación con el marido de la fallecida (interpretado por Sam Worthington), mientras afloran a la superficie sus propios problemas.
Hasta ahora la carrera de Aniston, iniciada con el éxito continuo y sostenido durante una década de “Friends”, se había rodeado básicamente a las comedias.
“Cake”, coinciden los medios especializados estadounidenses, es el tipo de trabajo que puede suponer un antes y un después en la carrera de Jennifer Aniston.
Hasta el punto (palabras mayores) de colocarla entre las actrices con opciones para llevarse el Oscar en la próxima edición. Quizás no figura entre las favoritas, pero el hecho de que aparezca en una lista asociada a los grandes premios de Hollywood ya resulta, de por sí, muy llamativo.