EFE
La detección facial la realiza un sistema electrónico que rastrea rostros entre la multitud para alertar de posibles alborotadores o sospechosos, a los que se les negará la entrada a la mezquita, informa el diario Haaretz.
El proyecto, que costará 4 millones de shékels (1,05 millones de dólares o 850.000 euros), incluye también la instalación de detectores de metal, reveló el ministro de Seguridad Pública, Itzjak Aharonovich, en unas declaraciones que recoge ese diario.
El ministro explicó a otro medio que los detectores de metal fueron retirados en 2000, pero serán reinstalados para la revisión individual de personas.
Para situaciones en las que haya gran aglomeración de personas, la Policía recurrirá al reconocimiento facial.
“Las emplearemos cuando sea necesario. Cualquier sospechoso será inspeccionado. Incrementaremos la supervisión de personas que entran al complejo, tanto judíos como musulmanes”, afirmó el ministro en declaraciones al Canal 1 de televisión.
Los musulmanes entran a la explanada, que los judíos denominan Monte del Templo, por varios accesos controlados por la Policía y por funcionarios del Wakf Islámico y, en general, no son inspeccionados físicamente.
Pero en los últimos cinco meses los enfrentamientos en la explanada y el resto de Jerusalén, se producen de forma constante, en particular durante los rezos del viernes, jornada semanal sagrada del islam.
El Gobierno israelí aprobó el martes medidas de castigo excepcionales para los manifestantes violentos, entre ellas, la de multar a los padres de menores que arrojen piedras o petardos y destruir la vivienda familiar de atacantes nacionalistas como los que este último mes mataron a seis israelíes en atropellos intencionados o agresiones con cuchillos.