Según el medio, la compañía solicitó ayer su quiebra ordenada ante la imposibilidad de seguir funcionando con normalidad y pagando a proveedores, entidades financieras y empleados. En horas de la tarde el mismo portal resaltó que la empresa recibió seis ofertas de inversores para comprar sus activos tras declararse en quiebra.
“La quiebra de Isolux ha despertado el interés de otras empresas del sector en hacerse con parte de su actividad productiva”, resaltó El Mundo y aclaró que, por lo pronto, la constructora ha recibido hasta seis ofertas por distintas unidades productivas o proyectos de cara a un hipotético, y previsible, escenario de desinversiones que tendrá que acometer en los próximos meses.
“Corresponde a los nuevos administradores, al administrador concursal y al juez valorar y, en su caso, aprobar las propuestas recibidas que den continuidad a la labor empresarial y a los trabajos del consejo de administración que hoy ha concluido su tarea”, resaltó el grupo en un comunicado. Además, los accionistas nombraron nuevos administradores.
En el país, Isolux aún no entregó oficialmente al Estado la obra del superviaducto, que en este momento registra numerosas fallas, que con la quiebra de la compañía podrían no ser subsanadas.
Vale señalar que para la recepción de la obra no debe haber ningún defecto e Isolux es la responsable de la buena terminación para la recepción provisoria y durante los 12 meses posteriores, lo cual puede verse afectado por la débil situación financiera de la firma. “Con esta quiebra, la empresa no podrá cumplir con lo que dejaron de hacer”, explicó el ingeniero Hermann Pankow, diseñador de la infraestructura.
El MOPC alega que el proyecto de la empresa en el país no se verá afectado porque “prácticamente es una obra terminada”.