El ganadero explicó que dicho centro funciona como un Tribunal paralelo a la Justicia ordinaria para dirimir diferencias que pueden haber en temas contractuales en lo que respecta a empresas.
“Nosotros pensamos que era más rápido, más diligente más transparente; sin embargo, hace más de dos años y medio iniciamos una demanda que aún no se finiquita”, dijo. Comentó además que la demanda fue por incumplimiento de contrato e indemnización contra la firma Coparis SA, debido a que habían llegado a un acuerdo de arrendar 22.500 hectáreas de dicha empresa. “El arrendamiento se produjo en un tiempo de cinco años en principio, pero se extendió a 20 años, comprometiéndonos a hacer todas las mejoras y cargas de siete mil cabezas de ganado, con la única condición de que le quiten a una persona de su confianza que fungía de capataz”, expresó.
Silva resaltó que pasó un año y él hombre continuaba usufructuando gratuitamente de ese campo y de cuarenta cabezas de ganado que tenía pasó a tener quinientas cabezas, situación que le provocó una serie de problemas, según dijo.
Silva exigió a Coparis el cumplimiento del contrato, a lo que éste se negó. Se inició el caso ante el Centro de Arbitraje, siendo representado por el árbitro Raúl Antola, en tanto la contraparte por Pablo Troche; el neutral fue Antonio Moreno Rufinelli. Sin embargo, recusó a los tres debido a que el cuarto árbitro rural Manuel Riera, fue abogado del demandado. A pesar de la recusación y de que Silva no contaba con abogado -porque no se reconoció la personería de los profesionales- se realizó un desalojo por orden del Juzgado del Décimo turno Civil y Comercial de la Capital.