Las recientes reformas aprobadas por la principal autoridad tributaria nacional sobre el pago del IRP volvieron a poner en el debate el tema de la injusta estructura tributaria que las mismas normas generan y que los mecanismos utilizados por los sectores de mayores ingresos para evadir y eludir profundizan.
Mientras, los sectores medios que se incorporan cada vez más al pago del IRP no cuentan con la posibilidad de utilizar estos mecanismos, por lo que terminan aportando lo que debieran y los sectores más ricos contribuyendo casi nada.
La implementación del IRP, en lugar de contribuir a promover con la equidad tributaria, terminará profundizando las desigualdades originadas en una estructura tributaria basada en impuestos indirectos.
Independientemente de las críticas a la nueva normativa, especialmente por parte del sector empresarial, el Gobierno debe plantear con urgencia las reformas necesarias para dotar al sistema impositivo de capacidad recaudatoria y redistributiva.
El IRP debe constituirse en uno de los principales instrumentos para la reducción de las desigualdades económicas. Un reciente informe de la Cepal muestra no solo el insostenible e inmoral nivel de desigualdad históricamente vigente, sino también el escaso impacto de la política fiscal, en la que se encuentra la política tributaria, para reducir esta desigualdad.
Un país con brechas en los ingresos, como entre las áreas urbana y rural, indígenas y no indígenas, hombres y mujeres, entre los diferentes departamentos, es inviable política, social y económicamente.
La evidencia empírica disponible en Paraguay y en el mundo muestra que la desigualdad contribuye al aumento de la inseguridad en las calles, a la conflictividad social y a la desafección política.
En materia económica, la desigualdad obstaculiza el crecimiento económico por múltiples vías.
Es incomprensible la queja de algunos sectores que, teniendo ingresos gracias a lo que el país les aporta, sean reacios al pago de impuestos y a las reformas necesarias para construir un país más justo y solidario.
El pago de impuestos es uno de los componentes más importantes de un pacto social. Son urgentes las reformas para que el IRP se constituya en un impuesto que recaude y contribuya a reducir las desigualdades.
El Ministerio de Hacienda tiene la obligación moral de proponer reformas sustanciales y estructurales tanto para el IRP como para otros impuestos directos de manera a reducir el peso de los indirectos en las recaudaciones y aumentar los recursos para las inversiones que requiere el desarrollo del país.