Aunque confirmó que se hará una investigación, el forense del condado de Clark, John Fudenberg, explicó ayer a la cadena NBC que los resultados iniciales de la autopsia realizada a King, fallecido el pasado 14 de mayo a los 89 años, no han aportado “ninguna evidencia para sustentar” las acusaciones de las hijas del cantante. Fudenberg precisó que los resultados completos de la autopsia se conocerán en un periodo de entre seis y ocho semanas.
Pese a que por ahora no hay “pruebas” del supuesto envenenamiento, “llevaremos a cabo una investigación a fondo y estamos coordinando nuestros esfuerzos con la División de Homicidios del Departamento de la Policía Metropolitana de Las Vegas”, afirmó el forense.
En principio, las autoridades informaron de que la muerte del rey del blues se produjo por complicaciones derivadas de la diabetes que sufrió durante años. Pero este fin de semana, dos de las hijas del cantante, Patty King y Karen Williams, presentaron dos declaraciones juradas separadas en las que afirman que creen que su padre “fue asesinado”.
Las dos mujeres aseguran que el artista fue “envenenado” para “inducir su muerte prematura” y acusan de ello al representante de King, LaVerne Toney, y a su asistente personal, Myron Johnson.
Considerado uno de los artistas más influyentes de todos los tiempos, la revista Rolling Stone situó a King en el puesto seis de la lista de los 100 mejores guitarristas de todos los tiempos. Obtuvo 16 premios Grammy con más de 50 discos en casi 60 años de carrera y temas que marcaron época como Three O’Clock Blues, The Thrill Is Gone y When Love Comes to Town, su célebre colaboración con U2. EFE