En 2003, cuando comenzaron a caer bombas sobre Irak, un comentarista anunció el inicio de la democracia en aquel país, gracias a la intervención benéfica de EEUU e Inglaterra. El saldo de aquella intervención fueron medio millón de muertes, cuatro millones de refugiados, la destrucción de la economía y la división política. La democracia no ha llegado, pero caen bombas de nuevo. El operativo humanitario, según Obama, durará varios meses; hay motivos para dudar del resultado.
El primer bombardeo fue en 1920, con aviones ingleses. Durante la Primera Guerra Mundial, Inglaterra prometió a los árabes la independencia a cambio de la ayuda contra el Imperio Otomano (hoy Turquía), enemigo de Su Majestad Británica y ocupante de territorios árabes. Los árabes les creyeron y apoyaron las actividades militares de Lawrence de Arabia, mientras a sus espaldas se firmaba el tratado Skypes-Picot (1916), que cedía a Francia, Líbano y Siria, y dejaba Irak en manos de Inglaterra. El incumplimiento de la promesa provocó la insurrección, sofocada con extremada dureza.
El encargado de la represión de 1920 fue Winston Churchill, partidario del empleo de gases venenosos contra “las tribus primitivas”, y que los empleó. El objetivo principal no era Irak, sino Irán (entonces Persia), fuente principal del petróleo del gobierno británico, accionista mayoritario de la empresa petrolera Anglo Persian, hoy British Petroleum (BP). BP defraudaba al gobierno iraní, que decidió expropiarla. BP pidió auxilio a la CIA, que organizó el golpe de Estado de 1953, que tumbó a un gobierno elegido democráticamente y concedió el poder al Sha de Irán. El petróleo ha sido el gran factor de las intervenciones de las llamadas naciones occidentales y cristianas en el Oriente Medio.
La tiranía del Sha provocó una rebelión popular, que por desgracia fue recuperada por el ayatola Komeini. Para limitar la influencia de Komeini, EEUU instigó la guerra entre Irán e Irak (1980-1988). Se llevó la mejor parte Irak, sometido a Saddam Hussein, apoyado por Estados Unidos.
Pero Saddam se volvió pretencioso, ocupó parte de Kuwait, y fue necesario corregirlo con la primera guerra del Golfo Pérsico (1990-1991). Después vinieron el control del espacio aéreo y el bloqueo, que prácticamente duraron hasta 2003 (segunda guerra del Golfo). Se estima que, como consecuencia de la carestía provocada por el embargo, murieron medio millón de niños.
Para Madeleine Margaret Albright, secretaria de Estado norteamericana, las muertes se justificaban (la entrevista puede verse en internet). ¿Por qué sería más humanitaria que las anteriores esta intervención?