Más de tres horas se extendió la interpelación de ayer en el Senado al ministro del Interior Francisco De Vargas. La del viceministro de Seguridad, Javier Ibarra, duró una hora.
La convocatoria obedeció a la polémica por el audio al imputado por narcotráfico Ezequiel De Souza, quien fue grabado por el senador Arnaldo Giuzzio durante una conversación en la que participaron el colorado Arnoldo Wiens, y el titular de la Senad, Luis Rojas.
En la grabación se salpica con supuestas coimas a varias autoridades policiales, políticos, militares, incluido el propio viceministro Ibarra.
El denominador común entre De Vargas e Ibarra fue que por momentos hicieron de interpeladores a los senadores, dejando entrever su soberbia.
Al final, entre largos discursos en los que se perdían las preguntas, acusaciones y reflexiones, todo terminó en una batalla verbal, y tanto los senadores como los interpelados se retiraron molestos.
De Vargas defendió a muerte a su viceministro, hasta el punto de que estaba dispuesto a irse a su casa por la confianza que tiene hacia el mismo.
“Si hoy día me tengo que ir a mi casa por creer a Javier Ibarra, lo haría mil veces”, sostuvo ante los senadores.
Negó además que De Souza tenga el carácter de informante, alegando que no se cumplieron una serie de requisitos.
En la mayoría de sus intervenciones, reclamó que se hagan discursos y no preguntas, y que Giuzzio y Wiens no hayan denunciado, deslindando su responsabilidad.
Insistió en que el comisario designado para la investigación de la grabación, Gilberto Fleitas, le negó que se le haya entregado el audio, a pesar que los senadores se ratificaron en que lo hicieron.
De Vargas alegó que no existe ninguna nota de recibido del audio.
Consideró un exabrupto y una reacción natural de Ibarra las declaraciones del mismo acusando a Rojas de ser capaz hasta de matar.
“Fue la reacción natural de un hombre que ve amenazada su honorabilidad”, dijo.
El senador Eduardo Petta le retrucó con artículos del Código Procesal Penal a De Vargas sobre su actuación, pero este se limitó a señalar que no violó ninguno de esos artículos y que no estaba obligado a declarar en su contra.
Desirée Masi tuvo que insistir hasta que le responda por qué no abrió un sumario a Ibarra. “Ahora hay investigación, antes no, porque no se hizo una denuncia pues”, fue la respuesta de De Vargas. Sentenció que no correspondía abrirle ningún sumario.