En sus intentos por frenar la crisis, el gobierno de Temer anunció que ofrecerá una detallada explicación a las autoridades chinas para revertir la decisión de Pekín de suspender temporalmente las importaciones de carne. El escándalo se destapó el viernes cuando se reveló que la llamada Operación Carne Fraca (carne débil) había conducido a la detención de 33 fiscales sanitarios que flexibilizaban sus inspecciones o no las hacían a cambio de sobornos de plantas procesadoras vinculadas a grupos, como BRF y JBS, dos de los mayores exportadores mundiales del producto.
Según los investigadores, el fraude abarcaba desde cambiar la fecha de vencimiento del embalaje de carne ya caducada hasta inyectar agua en la carne de pollo para alterar el peso o utilizar ácido ascórbico para enmascarar el deterioro de los productos. “Tenemos un sistema muy riguroso de inspección sanitaria en Brasil. El número de funcionarios del Ministerio de Agricultura involucrados en los fraudes es diminuto”, insistió. efe