Según detalles del hecho, el transporte de línea había salido de la Terminal de Ómnibus de Asunción (TOA) y tenía como destino la ciudad de San Pablo. Unos 300 kilómetros antes de llegar a destino fue interceptado por unos 5 hombres armados. El asalto se produjo en la localidad de Sertanópolis.
El viaje transcurría tranquilamente hasta que los delincuentes brasileños empezaron a disparar contra el transporte, obligando al conductor a desviarse de la ruta e ingresar a un camino vecinal descampado.
En el desvío, el conductor alertó del secuestro con el botón de pánico, pero las autoridades brasileñas nunca llegaron. Los asaltantes mantuvieron secuestrados el vehículo y a sus casi 60 pasajeros por aproximadamente dos horas.
Todos los hombres fueron obligados a descender del bus y revisados uno por uno; luego verificaron los bolsos y se llevaron todo el dinero que encontraron. Además, les sacaron las baterías a los teléfonos celulares antes de la huida.
Tras el asalto, el bus, con los pasajeros, continuó el viaje hasta llegar a destino.
Desde la empresa Nuestra Señora de la Asunción indicaron que los pasajeros que deseaban volver inmediatamente lo podían hacer con la inmediata reubicación de los pasajes.
SIN RESULTADO. El encargado de las líneas internacionales de Nuestra Señora de la Asunción, Ariel Somoza, sostuvo en la 970 AM que desde hace dos años se encuentran en constantes conversaciones con las autoridades del Brasil, con la Polícia Rodoviária Federal y otras más, pero no paran los asaltos a buses.
Solo este año se publicaron cuatro casos de asalto de buses donde paraguayos fueron víctimas de los piratas del asfalto.