Una vez más, las denuncias periodísticas reflejan el calvario que tienen que padecer varios asegurados en el Instituto de Previsión Social (IPS), en busca de lograr atención a sus necesidades de salud dentro del esquema de seguridad social por el que pagan los trabajadores, al igual que los empleadores.
Un reportaje publicado ayer por este diario puso de relieve los casos de pacientes asegurados que deben esperar más de 100 días para acceder a un estudio de resonancia magnética en el Hospital Central del IPS. Como ejemplo, se mostró el caso de un paciente que solicitó el estudio tras una consulta médica el pasado 24 de mayo, pero a quien le otorgaron turno recién para el 7 de setiembre, como también el de una mujer que padece de cáncer de mama y debe someterse a un tratamiento con urgencia, por lo cual solicitó el estudio en los primeros días de mayo, pero le otorgaron turno para el próximo 17 de agosto, a pesar de que la orden médica lleva un sello que dice “urgente - oncología”.
La resonancia magnética es un método de diagnóstico que sirve para determinar casos de tumores, accidentes cerebrovasculares, esclerosis múltiples, patologías oncológicas (cáncer), afecciones cardiovasculares, trastornos musculoesqueléticos, afecciones neurológicas y casos de traumatología. En muchos casos, contar a tiempo con este estudio puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, ya que permitirá iniciar los tratamientos sin pérdida de tiempo. Sin embargo, con la situación que se plantea en el IPS, los pacientes deben esperar por casi cuatro meses, perdiendo valiosas oportunidades de recuperar y mejorar la salud.
La respuesta que dan en el IPS es que el Hospital Central cuenta con un solo equipo propio para la realización de los estudios de resonancia magnética para 1.800.000 asegurados. La necesidad se cubría recurriendo a servicios tercerizados, pero el contrato que la previsional tenía con las empresas que trabajan en este rubro ya venció hace un mes y las autoridades no se preocuparon en llamar a licitación a tiempo para renovar dichos contratos, de manera que la atención no se vea interrumpida. Se ha informado que recién ahora se han presentado los documentos para llamar a una nueva licitación, mientras los pacientes deben esperar por meses.
Esta negligente actitud muestra una vez más la insensibilidad ante las necesidades de salud, como la falta de eficiencia para resolverlas. Ello implica jugar con la vida de quienes pagan por el seguro social, esperando una mejor asistencia. Recurrir a un servicio privado cuesta más de un millón de guaraníes, cuando es algo que el servicio médico del seguro social que cobra el IPS debe encargarse de proveer. De lo contrario, la entidad está faltando a su misión de manera grave, como también ocurre con varias otras situaciones de falencias que a menudo se vienen denunciando.
Urge que las autoridades del IPS resuelvan cuanto antes esta grave situación.