Era padre de una niña llamada Sol, de 8 años de edad.
Hace dos años ganó la presidencia juvenil distrital de su partido, el PLRA.
Le gustaba la jineteada, mencionaron sus amigos.
Su padre Fidelino demostró el orgullo que sentía por Rodrigo en medio del dolor, diciendo que tenía muchos amigos y que tenía un don que era “no poder decirle que no, porque te convencía”.
“Era un líder natural”, mencionaron sus vecinos que lo recuerdan como un buen hombre, trabajador y solidario.
iba a recibirse. Irónicamente, este año Rodrigo se iba a convertir en ingeniero agrónomo ya que tenía culminado el quinto año y estaba haciendo su tesis para disponer a recibirse.
Su título se lo confirieron póstumamente ayer.
Según dueños de la universidad, Rodrigo soñaba con ser ingeniero e iba a ser la primera camada que se recibiría en la ciudad.