En el caso del superviaducto, expresó que cinco empresas fueron eliminadas de la licitación y que dejaron a una sola con posibilidad de ganar, similar al caso de la Transchaco, las rutas 2 y 7, y aeropuerto, a criterio del profesional. “Le dejaron a una empresa española (Isolux Corsán) con problemas similares a Sacyr, y se obligó a las otras empresas a cotizar un proyecto más caro, respecto a lo que se adjudicó”, dijo.
Además, expresó que se permitió a Isolux recortar el costo del proyecto por un valor de USD 3 millones y que de “ahí sale la coima”. “Es patrón que se repite en varias otras licitaciones, por eso hice un informe que presenté a Contraloría”, agregó. Vale señalar que en febrero pasado, Pankow pintó la frase “MOPC coimero” en la obra del superviaducto.
El profesional detalló en un informe las obras que, por cuestiones que se desconocen, finalmente no se harán y con complicidad del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). La cartera aceptó los cambios sin ninguna objeción y pagará el mismo monto del contrato (G. 124.210 millones).
El cambio más resaltante tiene que ver con una reducción de la losa de fondo del túnel (piso de hormigón y acero), que de 100 cm de espesor que debía tener solo hicieron 35 cm y con bombeo permanente. En este caso, Corsán-Corviam se ahorró USD 2.100.000 respecto a lo que cotizó, según el informe. Otro hecho no menor es que hasta ahora no se concreta el puente peatonal sobre el arroyo Itay, algo que los demás oferentes cotizaron en la licitación y que fue eliminado.