El párrafo de arriba es un impactante collage de afirmaciones contundentes sobre la economía local no registrada, hecho con los subtitulares de un actual estudio del Fondo Monetario Internacional, publicado en FMI, Informe del país Nº 15/38, de febrero de 2015, bajo el título de Paraguay. Temas Seleccionados. Se encuentra disponible a pedido en el correo electrónico publications@imf.org así como en su página web http://www.imf.org.
DOS TERCERAS PARTES, EN LA INFORMALIDAD. A partir de la Encuesta Permanente de Hogares 2013, el FMI evaluó el tamaño de la economía informal, recurriendo a diversos indicadores. Concretamente, aplicaron cuatro diferentes condiciones desencadenantes para determinar qué proporción de la fuerza de trabajo pertenece al sector informal:
a) tamaño de la empresa: se considera que cualquier persona que trabaja en una empresa de cinco o menos trabajadores pertenece al sector informal;
b) participación en la caja de jubilación: cualquier persona que contribuya a una caja de jubilación se considera parte de la economía formal;
c) registro único de contribuyentes (RUC): un trabajador cuya empresa disponga de RUC pertenece al sector formal, y;
d) emisión de facturas: un trabajador cuya empresa emite facturas/recibos de venta se considera perteneciente al sector formal.
Según estos criterios, entre el 55 por ciento y el 77 por ciento de la fuerza laboral trabajan en la economía informal.
EL PIB SERÍA MAYOR, SI DISMINUYERA LA INFORMALIDAD. Como puede verse, la economía de Paraguay presenta un grado de informalidad elevado. Según varios métodos de estimación, la actividad informal representa más de la mitad del empleo total y una proporción solo un poco inferior del producto reportado. Se trata de un grado de informalidad elevado y, al menos acorde a algunas métricas, es peor que otros países en América Latina y el Caribe.
DEBILIDAD INSTITUCIONAL. La informalidad tiene vastas consecuencias para la economía y podría ser indicio de debilidades en las instituciones o políticas económicas. El mencionado documento del FMI presenta evidencia a nivel de países que sugieren que un grado de informalidad elevado está asociado a características típicas de economías más débiles y menos avanzadas.
“Las consideraciones teóricas y empíricas respaldan la idea de que las regulaciones, las políticas de control y la eficacia del gobierno son los determinantes últimos de la informalidad. No obstante, no es sencillo combinar de forma óptima estas herramientas de política con el fin de reducir la informalidad, y para ello hay que recoger los objetivos y circunstancias específicos del país”, concluye el documento del FMI.
Hay que destacar en este contexto que esto es apenas una apretada síntesis de tan solo una parte del mencionado estudio del FMI. Se confiere a su totalidad, en las páginas electrónicas mencionadas arriba.