El hecho se registró el 1 de octubre pasado.
Según la denuncia, el capataz de la estancia Alegría, Dionicio Mosqueda, y siete peones estaban realizando un recorrido de rutina por dicha propiedad cuando se encontraron con alrededor de 200 indígenas que estaban extrayendo árboles de la propiedad para su comercialización.
Los indígenas recibieron a tiros a los peones y rodearon el vehículo en que se desplazaban. La denuncia indica que los nativos estaban armados con armas largas y blancas, con las que retuvieron a los trabajadores por más de cuatro horas y les obligaron a ir a pie hasta 8 kilómetros y dejar la camioneta en que se desplazaban, una Land Rover con chapa ALL 127, que luego los indígenas quemaron.
En declaración a la prensa, el líder de la comunidad, Carlos Marecos, admitió haber ingresado a la estancia, pero que el capataz Mosqueda tenía un arma con que los amenazó. El fiscal pidió al Indi y al Indert informes respecto a la propiedad, pero hasta ahora no hay ningún detenido por el caso.