La oposición de los campesinos paraguayos a los cultivos transgénicos o genéticamente modificados (GM) se ha calificado de ignorancia. Sin embargo, en círculos más ilustrados también se ha manifestado la oposición: se demoran las negociaciones entre los Estados Unidos y la Unión Europea para la firma de un tratado de libre comercio por la resistencia europea a los GM.
En dos provincias de la India (Maharashtra y Karnataka), se prohibió el uso del algodón transgénico, debido a su resultado insatisfactorio. De acuerdo con la publicidad de las empresas vendedoras de semillas GM, su cultivo tenía un costo inferior y un rendimiento superior; se lo adoptó por eso. Los hechos mostraron lo contrario, y las autoridades locales decidieron la prohibición.
La activista hindú Vandana Shiva ha formulado las siguientes críticas contra el algodón. Primero, que subió el precio de las semillas: las orgánicas costaban 7.000 rupias el kilo; las GM, 17.000 rupias. Segundo, el cultivo GM exigía el uso de pesticidas 13 veces mayor. Tercero, se prometió un rendimiento de 1.500 kilos, pero el rendimiento real no llegó a la mitad.
La variedad GM exige más agua y con el tiempo conduce a la aparición de nuevas plagas, que exigen un uso adicional de pesticida; además, impiden cultivar productos de consumo junto en forma conjunta. (Artículo de Al Jazeera digital, 8-12-14).
Un hecho comentado en distintos medios es el de los suicidios de los pequeños cultivadores de algodón de la India: desde 1995, cerca de 300.000 han muerto por su propia mano. El motivo inmediato es el endeudamiento debido a que los costos superan a los beneficios, y la desesperación los lleva a beber sus agrotóxicos.
Según observadores, el fracaso se debe a que las variedades de GM utilizadas no estaban hechas para adaptarse a las condiciones de suelo y clima de la India; contrariamente a las promesas de los vendedores.
Debe agregarse que parte del algodón GM utilizado en la India procede de la China. Sobre el mismo, existe un estudio de la Universidad de Cornell del año 2006. Según el estudio, los productores chinos que lo utilizan pierden dinero porque han aparecido nuevas pestes, que obligan a fumigar hasta veinte veces por año.
Cambiando lo que se debe cambiar, esto concuerda con un estudio del investigador Charles Benbrook, de la Universidad de Washington (Pullman): el cultivo de soja, maíz y algodón transgénicos ha aumentado y no disminuido el uso de agroquímicos.
¿Cuál es el efecto de los agroquímicos en la salud humana y en el medioambiente?
Aquí hay dos cuestiones que considerar: la toxicidad de esos productos en sí mismos, y el uso (correcto o incorrecto) que se les da.
El Gobierno paraguayo tiene poco o ningún control del uso, en parte por sus deficiencias, y en parte por la mala costumbre local de ignorar las leyes.
En noviembre del 2009, unos brasileños mataron a cinco indígenas con sus fumigaciones irresponsables sin pagar las consecuencias.
Sin llegarse a ese extremo, los daños causados por el sistema agroexportador son considerables, y la resistencia a sus productos GM no se debe a la mera ignorancia.