La huelga de González Chirico sigue firme y su salud está muy deteriorada, hasta se presume que sus días de vida son contados. Ayer se lo tuvo que asistir por orden judicial. A diferencia del Sitraosider, los gremios internacionales, como el Consejo Nacional de Industria, y la clase trabajadora en general de la Argentina se solidarizan con el dirigente, declarando el vergonzoso avasallamiento por parte del Gobierno al que catalogan de insensible ya que no brinda seguridad jurídica. Sus seguidores solicitan clemencia para salvar una vida, y sus familiares se encuentran sumidos en la desesperación. Pero el huelguista ratifica que sus denuncias son correctas y no se entregará a la corrupción, “prefiero morir”, dijo.