De Nueva York a París, millones de personas de 170 países y territorios participaron en esta cita anual para alertar sobre el calentamiento global causado por la combustión del carbón, el petróleo y los gases de los automóviles y plantas de energía.
En la capital australiana, muchos edificios del puerto apagaron sus luces durante una hora desde las 8.30 hora local, marcando el comienzo de la acción en todo el mundo. “Estoy de acuerdo al 100% con el concepto”, dijo una estudiante de Sídney, Ed Gellert, de 24 años.
Desde Australia, las luces han comenzado a apagarse a través de Asia, donde el skyline de Hong Kong se oscureció, mientras que en la pagoda más sagrada de Myanmar, Shwedagon, 10.000 lámparas de aceite se encendieron para brillar por la Hora del Planeta. En Pekín, la sede de la televisión china también se quedó a oscuras y así el apagón voluntario fue extendiéndose a lo largo y ancho del mundo. El evento, que tiene su origen en Sídney, ha crecido hasta convertirse en una campaña medioambiental mundial, celebrada en todos los continentes.
La primera edición, hace diez años, tuvo lugar únicamente en la capital australiana, recordó WWF, la oenegé organizadora del evento.
Paraguay no fue la excepción y también se sumó a la iniciativa, este año con el lema Chaco vivo juntos es posible, por ser esta una zona que urge protección. Aquí habitan más de 3.400 especies de plantas de las cuales unas 400 son endémicas y tiene alrededor de 150 especies de mamíferos, de los cuales 12 son únicos en el mundo.
El acto central fue en el Shopping Villamorra. Las luces monumentales de la represa de Itaipú y los reflectores que iluminan las Ruinas Jesuíticas de Trinidad se dieron una pausa. El apagón se replicó igual en otras ciudades del país.