Édgar Roberto Salcedo era chofer de la embajadora de Estados Unidos, Leslie A. Bassett. El domingo 22 de mayo por la madrugada salió de su vivienda de Mariano Roque Alonso a bordo de su vehículo, camino a su lugar de trabajo. Debía llevar a la diplomática estadounidense al aeropuerto, donde tomaría un vuelo a las 5.00.
Sin embargo, en su trayecto sobre la ruta Transchaco en la zona de Las Mercedes, fue embestido frontalmente por el vehículo del médico. El profesional que se dirigía a Mariano Roque Alonso había perdido el control de su automóvil y cruzó el paseo central.
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Tras el impacto, el médico salió despedido del rodado, mientras que Salcedo quedó atrapado por alrededor de 40 minutos.
El primero sufrió una muerte cerebral y sus órganos, corazón, córneas y riñones, beneficiaron a cinco personas. El chofer de la embajada de Estados Unidos falleció dos días después del accidente.
Su hermano, Eladio Salcedo, dijo que su familia está destrozada y comprende el duelo que los familiares del médico. No obstante, le pareció importante contar cómo sucedieron los hechos.
Comentó que el médico del Instituto de Previsión Social (IPS) estuvo en un torneo de ex compañeros y luego estuvo en una bodega ingiriendo bebidas alcohólicas hasta las 2.24, aproximadamente, según el video que mantiene como prueba. El accidente ocurrió media hora después. “En el estado en que estaba él, no estaba en condiciones de conducir su vehículo”, expresó Salcedo en comunicación con Radio Monumental.
Aclaró que con su testimonio no busca venganza ni lo hace por maldad, ni desmerita la donación de órganos, lo cual califica de loable, pero considera que se debe conocer la verdad.
Para él, una persona que salva vidas en un hospital debería mantener la misma conducta en la calle. “Me duele más saber que mi hermano murió por la conducta irresponsable de una persona formada para salvar vidas”, lamentó.
A partir del fatal accidente, insta a las personas a ser conscientes y no beber alcohol si se debe conducir.
El director del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), Hugo Espinoza, dijo en la misma emisora radial que los médicos que procedieron al trasplante no hacen de jueces en cuanto a lo que ocurre en los accidentes. Recién intervienen cuando se confirma la muerte de un posible donante.
Dijo desconocer si el médico tenía alcohol en la sangre, pues la ablación de órganos se realizó casi una semana después. Este aspecto corresponde a los médicos que atendieron al médico en el Hospital de Trauma.
