HISTORIA. Las tres niñas vivían en la casa de la abuela materna en Thompson, Ypané. Con ellas vivían la madre y el padre. A principios del 2016, la mamá de las tres niñas decidió abandonar la casa, porque según alega fue víctima de violencia por parte de su concubino, quien ahora soporta un proceso por un hecho delictivo.
La madre indica que tres veces le denunció ante la Comisaría 40ª Central, pero los policías no encuentran, supuestamente, las denuncias.
Luego de que la madre abandonara la vivienda, el padre también se fue, comentó la abuela materna, quien acabó haciéndose cargo de sus nietas hasta que tuvo que viajar a la Argentina por cuestiones laborales, según dijo.
En marzo de ese año, tanto la abuela materna como la paterna fueron hasta la Codeni, dejando constancia de que las niñas irían a quedarse en Encarnación, con la segunda. Desde ese tiempo la abuela materna vino dos veces, y en setiembre y noviembre las niñas visitaron a la abuela, pero volvieron al Sur.
Ya en enero de este año la mujer vuelve para quedarse, y las tres nietas regresan a Ypané, pero el problema inicia cuando la abuela paterna las reclama. Entonces la abuela materna recurre ante el defensor Johan Clausen el 13 de febrero, para exponerle los motivos por los cuales no quería que las niñas regresasen: Indicios de abuso a la niña de 6 años.
Evidencia una lesión en las partes íntimas, y comenta que la menor dijo que fue un niño de cinco años el que le causó ese daño con un bolígrafo, en el Sur, y que las niñas no querían volver, porque eran maltratadas. Entonces, el defensor emite un escrito para que en el Hospital Acosta Ñu sea atendida, puesto que en el nosocomio de Ñemby no las quisieron aceptar.
DENUNCIA. La víctima queda internada y, según los médicos, sufrió un abuso sexual por parte de una persona mayor, que la abuela materna sostiene fue en Encarnación. En este sentido, Clausen manifiesta que según los informes la lesión es reciente.
La niña quedó internada más de una semana, hasta que el defensor decide que ella y sus dos hermanitas estén en un hogar abrigo. Sin embargo, de acuerdo a la denuncia, el hombre las lleva y, posterior a eso, el juez Osvaldo Cáceres firma la autorización como medida de protección.
Las hermanas están a la expectativa de las autoridades, que no definen el caso.