Juan Schmalko, director paraguayo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), concedió una entrevista a ÚH para hablar del primer año de gestión al frente de la institución. Confirmó que el vecino país tiene millonarias deudas con Paraguay, no solamente en lo que concierne al pago por la cesión de energía, sino dentro de la misma Yacyretá. Con relación a los elevados sueldos, bonificaciones y viáticos, dijo que es una situación heredada de administraciones anteriores, pero se está trabajando para racionalizar los gastos.
–¿Se combatió el ingreso de recomendados políticos y planilleros en este primer año?
–Desvinculamos a 600 personas que tenían algún tipo de contrato, sea por la forma tradicional o algunas formas que rozaban la ilegalidad. También se disfrazaron muchas formas de contratación, como el caso de los vehículos, que en realidad eran contrataciones políticas. Cancelamos más de 500 a 600 órdenes de contratación de vehículos que en realidad significaban contratarle a los dueños. Con eso, hemos hecho un ahorro de más de USD 40 millones.
–A pesar de los ahorros, siguen los cuestionados altos salarios, viáticos y bonificaciones.
–Los sueldos que están establecidos para las binacionales tienen que ver con un criterio de lo que genera y especialmente de las responsabilidades que se asumen. Indudablemente, hay un desfasaje con el medio del ingreso que se tiene en otras áreas, pero el presupuesto que se comparte con el país vecino, hace que estos sean sueldos que estén considerados de buen nivel. De cualquier manera, estamos revisando la forma de ir ajustando esos ingresos y que respondan a la actividad que cada uno de los funcionarios realiza en la EBY. Son reglas que hemos heredado, no hemos establecido estos parámetros ni las categorías, bonificaciones o gratificaciones. Son negociaciones que se tuvieron hace mucho tiempo entre los gremios y sindicatos de ambas márgenes y tenemos que respetar.
–¿Cómo está pagando la Argentina por la energía y cómo está transfiriendo el dinero para el normal funcionamiento de la entidad?
–La tarifa que paga la Argentina (Ebisa), y desde hace bastante tiempo, es USD 44 el MWh. Ese es el precio, pero sí, nosotros tenemos un desfasaje por las transferencias y estamos reclamando justamente en las negociaciones, cómo liberar la restricción a la que estamos sometidos los de la margen derecha. El lado paraguayo debería estar recibiendo un flujo de USD 25 millones mensuales, cosa que no lo estamos haciendo. Tenemos un promedio entre 13 y 14 millones de dólares mensuales. Por lo tanto, hay un atraso de USD 100 millones, solo en la ejecución de este presupuesto.
–¿Y por qué se da esto?
–Esa falta de transferencia que tenemos se da porque los recursos están depositados en pesos. Es el problema que tenemos, cómo sacar de la Argentina, donde tenemos restricciones para comprar dólares y enviar a esta margen.
–¿Cómo opera entonces Yacyretá, si no recibe los fondos necesarios para un normal funcionamiento?
–Funcionamos por la serie de ajustes que hemos hecho, sin mayores sobresaltos. Sí tenemos una deuda, que la genera el atraso de las remesas al Paraguay, con los contratistas y proveedores. Tenemos una deuda aproximada solo a contratistas y proveedores de 70 a 80 millones de dólares, desde que se inició el Plan de Terminación de Yacyretá (PTY). Pagamos de acuerdo a las posibilidades que tiene Yacyretá, pero el dinero que necesita hoy lo tenemos en una cuenta, en pesos, depositados en Argentina. Son más de 1.500 millones de pesos a nuestra disposición, entre comillas. Hay que convertirlos en dólares para traerlos a Paraguay.
–La EBY no está terminada, como dijo la presidenta Cristina Fernández, ya que no se cumplió con el Tratado. Por ejemplo, falta el embalse de compensación y otras obras. ¿Qué opina de sus declaraciones?
–Bueno, el proyecto primario estaba diseñado para 30 turbinas, para lo cual debía hacerse el embalse de compensación, el cual puede dar lugar a maquinizar más turbinas. Tal es así que Aña Cuá se puede turbinar y también está el proyecto de Corpus. En su momento, las Altas Partes decidieron hacer la central con 20 turbinas y ese proyecto está concluido. El proyecto Yacyretá, como obra civil, está terminado, más allá de que el Tratado prevé esas otras obras. Construir un embalse de compensación, agregarle otras 10 turbinas, es una decisión de las Altas Partes. Aún no se concluyeron las obras complementarias, pero deberían formar parte de una nueva decisión de los gobiernos, así como hacer la maquinización de Aña Cuá.