El economista explicó que poner en condiciones este tipo de infraestructura sanitaria, sería un claro ejemplo de políticas públicas donde “más inversión pública en redes cloacales significa menos gastos en salud”.
Benítez afirmó que la disminución de la pobreza debe ser un tema de agenda estratégica de Estado y de Gobierno, donde debe constar los pasos a seguir y los recursos que hacen falta, en términos de infraestructura física y social, presupuestados rigurosamente tanto en forma física como monetaria.
Entre estas necesidades prioritarias, el profesional mencionó que la inversión debe apuntar a los sistemas de alcantarillados sanitarios que recogen los desagües cloacales y pluviales, como también los sistemas de tratamiento de efluentes, por ser un tema básico de salud, prácticamente de vida o muerte.
Investigaciones del BID desnudan que el 94% de los efluentes cloacales del área metropolitana no tienen tratamiento alguno, y van por medio de caños emisarios en forma directa al río Paraguay o a contaminar el subsuelo.
El MOPC proyectó la construcción de 1.800 km de alcantarillado sanitario y plantas de tratamiento de aguas residuales para las cuencas de Lambaré, Luque y Mariano Roque Alonso, que se llevó adelante bajo la Ley 5074, llave en mano. Sin embargo, fracasó, porque se presentó un solo oferente.