MISIONES
“Desde siempre tuvimos que aguantar el mal olor; pero desde hace 3 meses se volvió insoportable, porque se convirtió en un cementerio de vacas, debido a que los funcionarios cavan pozos y colocan las cabezas, tripas, sangre y pezuñas de los animales faenados allí mismo”, mencionó Diego González, presidente de la comisión de fomento del barrio San Isidro, más conocido como Resistencia, donde se dieron los hechos. González dijo que decidieron cerrar el acceso a la matadería con sus vecinos, debido a que ya presentaron varias notas al intendente Carlos Afara y que no tenían respuesta y tampoco les recibía en su despacho.
En la siesta de este viernes los vecinos cerraron el acceso, allí llegaron junto a ellos el secretario general de la Municipalidad de San Ignacio, Misiones, Héctor Vera, y Germán Rojas, tesorero de la institución, quienes prometieron que la matadería sería clausurada. Con respecto a los restos González dijo que los representantes de la Comuna prometieron que los trasladarán hasta el vertedero, y que las faenas se realizarán en un matadero privado.
Agregó que en la época de la intendenta Mirena Salas, la cabeza y las patas de las vacas eran donadas a los menonitas y a los campesinos, y que actualmente ya no se realiza.